La escritora Giselle Sánchez Casanova reflexiona sobre todas las manifestaciones de discrimen tras el asesinato del afroamericano George Floyd.

Dedicado a todos los que hemos sido víctimas de discrimen.

Entonces, hoy habrá sobriedad y luto en mi escrito. Hoy no se contarán relatos de golpes físicos o torpezas que nos hagan reír. Hoy, las letras leerán sobre cantazos al alma, los dolorosos de verdad, los que dejan heridas para las cuales no hay suturas que permitan cauterizarlas. El desangrado es inminente de continuar tolerándose el odio.

El mundo está en llamas. La inercia agotadora ante la falta de desarrollo intelectual evolutivo de mucho animal humano, está a punto de devolverlos al mundo de la fauna, y pobrecito de los animales a los que se les acerquen, ellos perecerán y serán extintos, y la verdadera injusticia será, que los extintos deberían ser los otros.

Pero aunque varias veces he sido señalada por alzar mi voz ante lo que entiendo incorrecto. Por haber tenido una miopía descontrolada que me puso cristales tan anchos en mis ojos que podían proteger más al señor chinita de un “sniper», y hubiera estado más seguro que en su propio bunker, y lo que me convirtió por tres años de mi crecimiento en una cuatro ojos y no en una niña en desarrollo. Aunque mi primer amor, esos de “high school” que cuando lo veía llegar al colegio se me anestesiaba el cuerpo de tanta ilusión pero por lo cual era señalada y hasta llegué a ser aconsejada de lo sufrida que sería mi vida porque mis primeras mariposas estomacales eran negras y yo era muy blanca para contrastarlas… continuaré hasta la demencia a repudiar el discrimen, por todos, por los míos y por mí.

«In a nut shell”, hubo veces que he sido fea, que era rebelde por hacer valer la patria, creyente en espíritus, novia de un negro, amiga del homosexual, concubina, sucia antes del matrimonio, mal agradecida a Dios por estar triste uno que otro día, vieja para parir, y hasta dilataciones de ojos llegué a ver por no haberle dado hermanos a mi hijo (fue fascinante descubrir lo que verdaderamente significa el concepto “hijo único” cuando a la fiscalización de la masa, la viraba al revés y comenzaba a vivir mi verdad y no la de ellos, reconociendo lo que verdaderamente significa ello, que ¡mi hijo es único!).

Hoy no acepto consejos de combatir el odio con amor, hoy no le tengo lástima a un maleante que es víctima de su propia realidad y de la sociedad. Hoy no justifico al criminal por el sistema. Hoy la tolerancia se acaba y me pregunto si los demonios tienen la condescendencia que tienen las familias de las víctimas, cuando tienen una vida humana al frente, y le ponen fecha de caducación para satisfacer y alimentar lo la insatisfacción de sus vidas.

Me pregunto, hasta cuando se tiene que perdonar… me pregunto cuan decepcionado están l@s dios@s en el día de hoy, de muchos de los hijos de los hijos y tal vez de mí, por hoy no saber cómo perdonar al ver a otro inocente más, al cual le quitaron su aire, y la única posibilidad de volverlo a mirar sería desenterrándolo de la tierra, sin ninguna otra oportunidad de poderle devolver su respiración.

¡Basta!

#blacklivesmatter