Tras la comparecencia de un grupo de activistas cristianos que acudieron el jueves al Capitolio para oponerse a la propuesta de enmendar la Ley 54, el director ejecutivo del Concilio de Iglesias de Puerto Rico, Ángel Luis Rivera, lamentó la postura de este grupo de pastores y favoreció que se incluyan a las parejas del mismo sexo dentro de la protección legal en casos de violencia domestica.

Según el líder religioso, expandir el alcance de la Ley 54 constituye una acción dirigida a salvar la integridad física y espiritual del ser humano, indistintamente del tipo de relación sentimental que viva.

‘La Ley 54 lo que hace es proteger la vida, la dignidad del ser humano y la integridad física, moral, psicológica y espiritual de quien esté involucrado en una relación. La ley lo que propende es promover la vida. Cuando dos seres humanos están involucrados en una relación, la ley lo que hace es proteger la vida’, dijo Rivera en entrevista con NotiCel.

Las expresiones de Rivera surgen luego de que un grupo de religiosos encabezados por la Apóstol Wanda Rolón, el Reverendo Jorge Raschke y otras figuras cristianas reconocidas, se quejaran por la supuesta ‘agenda gay’ que se promueve en Puerto Rico.

Entre los argumentos esbozados por esta coalición de religiosos se destaca el alegato de que la creación de legislación que favorece la protección de personas de diferentes preferencias sexuales, constituye una manera de favorecer a los homosexuales por encima de los heterosexuales.

No obstante, Rivera discrepa de esta opinión.

‘No compartimos esa opinión de los hermanos fundamentalistas. La ley 54 en ningún momento habla de favoritismo. Lo que se busca es una protección a toda relación. Lo que se busca es proteger toda relación que por una decisión del Tribunal Supremo quedó desprotegido’, argumentó Rivera.

De hecho, el caso del Supremo al cual Rivera hizo referencia fue el de El Pueblo de Puerto Rico v. Leandro Ruiz Martínez. Tal decisión revocatoria del poder judicial se basó en la interpretación de que la Ley 54 no aplicaba a casos de parejas del mismo sexo.

Con relación al argumento de grupos religiosos fundamentalistas de que proveer derechos y protecciones a parejas del mismo sexo atenta contra la familia tradicional y los valores sociales, Rivera expresó que tal planteamiento carece de fundamento y desvirtúa lo que, según él, debe ser la principal labor misionera de los grupos cristianos.

‘Yo extraño en estos planteamientos la falta de acercamientos terapéuticos ante el tema de la familia. El asunto de la familia se expresa aquí como un slogan o una cosa, pero no veo que los alegados defensores de la familia trabajen con estos temas como la violencia de la niñez, la drogadicción, la violencia doméstica. Eso es un trabajo que la iglesia hace a nivel pastoral. Yo preferiría escuchar planteamientos más terapéuticos en torno a las dinámicas de la familia’, indicó el director ejecutivo del Concilio que representa a ocho denominaciones cristianas de la Isla.

De igual forma, Rivera fue enfático al afirmar que la falta de solidaridad y la carencia de convicción en defensa de la justicia social, constituyen las verdaderas amenazas hacia la institución de la familia.

‘Como cristianos del siglo XXI tenemos que ser críticos con las estructuras familiares que hemos creado. Cierta estructura familiar no puede ser modelo de imposición. Claro que soy creyente de la familia, pero por encima de las estructuras familiares están el amor, la misericordia, la justicia. A la familia la amenaza la falta de amor y la falta de diálogo. Esta ley (54) lo que hace es defender a una persona que está expuesta a la muerte’, puntualizó Rivera.