Isaac nunca llegó y eso ya mucha gente se lo sospechaba.

Más bien, algunas personas aprovecharon el día libre cortesía de las autoridades del país y no perdieron tiempo para tener un encuentro especial con la madre naturaleza.

Ese fue el caso del joven carolinense Juliano Enrique, quien aprovechó la ocasión para aventurarse en la modalidad acuática de ‘Boogie Boarding’ en el área de la playa en Piñones.

El joven era observado de cerca por su madre Waleska, quien le pedía cautela y le aconsejó que no volviera al agua.

Juliano le admitió a NotiCel que se presentó en la playa consciente de que las olas serían más intensas debido al paso cercano de la tormenta tropical Isaac.

Aunque un fenómeno como Isaac es imán para ‘surfers’, éstos siempre se mantienen al tanto de cómo están las olas con herramientas cibernéticas tales como comoestaeso.com y Surfline.com.

‘Yo vine por eso mismo, por la aventura porque había este fenómeno y es bueno experimentarlo, pero sin arriesgarse’, dijo Juliano Enrique a este medio digital luego de salirse brevemente del mar.

‘Las dos partes más retadoras son entrar y luego salir. Esas son las cosas más difíciles. Entrando tienes que meterte por debajo de las olas y tener cuidado que no te vayan arrastrar’, añadió el joven mientras su madre miraba de cerca un tanto cautelosa.

De hecho, otro muchacho que no se identificó había expresado minutos antes que, a pesar de haber venido preparado con su tabla, no iba a meterse en el agua ‘porque las olas están cangri’.

Pero ante la indecisión de otros, Juliano no quería perder la oportunidad y no titubeó cuando se le preguntó si volvería al mar.

‘Claro que me voy a meter aunque las olas están bien fuertes’, exclamó el residente de la ciudad de Carolina.

Deseándole suerte a joven, se continuó el trayecto por Piñones.

El paisaje lucía tranquilo y con poco bullicio a eso del mediodía del jueves.

Incluso, en la oficina municipal de Loíza del Centro Estatal para el Manejo de Emergencias indicaron que ‘gracias a Dios no habían ocurrido incidentes que se pudieran lamentar’.

El ambiente en los famosos quioscos de Piñones lucía en paz y el flujo de clientes era casi nulo.

Sabiendo que Isaac no vendría como se había anticipado, los dueños y trabajadores de negocios de frituras al menos esperaban por la llegada de clientes.

Isaac no se presentó y con una alcapurria en mano se aguardaba por el anuncio de meteorólogos que admitieran que, como toda ciencia, la suya es también imperfecta y no siempre se puede ser certero en los pronósticos.