El Schalke aprovechó las carencias del Basilea, condenado a la parte baja del Grupo E pero alentado por su victoria en Londres en la jornada inicial, y salió victorioso del envite para situarse, con dos triunfos, como líder del cuarteto que completan el Chelsea y el Steaua Bucarest.

El dominio del grupo estaba en juego en el St. Jakob-Park, que contempló una interrupción en los primeros minutos a causa de la actuación de activistas de Greenpeace, que descolgaron desde la grada una enorme pancarta reivindicativa en contra de Gaszprom, la empresa energética rusa que es uno de los patrocinadores de la Liga de Campeones y del conjunto alemán.

El triunfo en Stamford Bridge disparó el panorama del Basilea, cuyas cuentas se multiplicaron con unos puntos con los que no contaba al inicio de la competición. Eso mediatizó al cuadro helvético al principio, que buscó el balón pero que se vio sorprendido por la mayor disciplina táctica de su rival, que protagonizó las primeras advertencias ofensivas, por medio de Max Meyer primero y de Julian Draxler después.

El equipo local tuvo la suya, mal aprovechada, por medio de del egipcio Mohamed Salah, que finalizó mal un centro de Taulant Xhaka.

El combinado helvético pretendió mantener la situación al inicio de la segunda parte, pero una acción ofensiva del cuadro germano acabó con un rechace a los pies de Julian Draxler, que logró batir a Yann Sommer.

El Basilea intentó reaccionar. Probó suerte con lanzamientos de Fabian Schar y Giovanni Sio que no tuvieron éxito ante un rival acomodado y con el objetivo cumplido.