Profesora UPR desmiente a la Policía
La profesora universitaria Rosa María Juarbe, a quien se le adjudica la llamada a la Policía que culminó con los arrestos de estudiantes que distribuían hojas en la Universidad de Puerto Rico el miércoles, negó que hubiese radicado una querella contra los huelguistas, como alegan las autoridades policiales.
"Errónea e injustamente se me acusa de haber llamado a la Policía y haber radicado una querella contra los estudiantes huelguistas que, en la mañana del 12 de enero, entraron a mi salón de clase", expresa en un escrito la profesora que desde hace 13 años trabaja por contrato en el Departamento de Estudios Hispánicos de la Facultad de Humanidades del recinto riopedrense.
A continuación, la declaración según publicada en la página de la Asociación Puertorriqueña de Profesores Universitarios (APPU).
"Mi nombre, que probablemente no le sea desconocido, es Rosa María Juarbe, profesora por contrato hace 13 años del Departamento de Estudios Hispánicos de la Facultad de Humanidades UPR Río Piedras.
Desde los eventos violentos del miércoles, mi nombre ha aparecido en la prensa, la radio y la televisión del país. Errónea e injustamente se me acusa de haber llamado a la Policía y haber radicado una querella contra los estudiantes huelguistas que, en la mañana del 12 de enero, entraron a mi salón de clase.
Alrededor de las 8:45 am del miércoles 12 de enero, cuatro estudiantes de un grupo de manifestantes entraron en el salón LPM 211, lugar donde estaba reunida mi clase ESPA 3211 sección 2. Me pidieron permiso para dirigirse a mis estudiantes y entregarles una hoja informativa. Después de darles mi autorización, tres de los manifestantes hablaron, hubo un breve diálogo entre éstos y mis estudiantes y se repartieron las hojas. Los manifestantes permanecieron en mi salón un poco más de cinco minutos. Salieron del salón de la misma forma que entraron, pacíficamente. Casi tan pronto como se fueron, se abrió la puerta nuevamente. Esta vez era un agente de la Guardia Universitaria. Éste me preguntó si yo había dado autorización a los manifestantes para que hablaran. Le contesté afirmativamente, él respondió que todo estaba bien y se fue. Habrían trascurrido uno o dos minutos de la partida del agente de la Guardia Universitaria cuando, mientras aún estaba la mayoría de mis estudiantes en el salón, se oyeron ruidos y gritos provenientes de las escaleras que van hacia el primer piso de edificio LPM. Cuando todos salimos del salón, serían aproximadamente las 9:05 am, ya habían ocurrido los arrestos que más tarde reseñarían todos los medios noticiosos del país.
Después de los arrestos de los estudiantes (evento que no presencié), dos agentes de la Guardia Universitaria me llevaron al Cuartel de la Policía de Hato Rey. Allí me entrevistó una sargento que luego me llevó al edificio de Fiscalía para hacer una declaración jurada de lo que ocurrió en mi salón. En la declaración jurada explico claramente que los estudiantes huelguistas pidieron permiso para hablar y repartir papeles y yo se los concedí. Ningún evento de violencia o agresión de parte de los huelguistas sucedió en mi presencia. Todo este proceso duró cinco horas. Al regresar a mi casa, me fui con la impresión de que mi declaración tendría como resultado la liberación de los estudiantes arrestados.
Los liberaron, pero, imagínese mi sorpresa e indignación, cuando me enteré de que en todos los medios noticiosos me acusan, sin ningún tipo de prueba o referencia válida, de haber llamado a la Policía; de haber tenido una discusión con los huelguistas por, alegadamente, no haber querido salir del salón y, lo peor de todo, haber hecho la querella en contra de ellos."