Sargento narra muerte atleta
El sargento Victor Díaz Riveran quien estuvo presente durante el confuso incidente en que murió el joven atleta José Vega Jorge relató la secuencia de eventos durante la vista preliminar que se sigue en contra del agente Abimalet Natal Rivera por los hechos. Mientras familiares declaran a eNotiCel que este es el segundo testigo que ubica a Natal en el lugar de los hechos. Tras el testimonio el proceso fue suspendido nuevamente.
Durante la vista que duró poco más de dos horas, Díaz Rivera narró lo que sucedió la noche del 22 de septiembre del 2010. Según dijo, él se encontraba como pasajero en una patrulla junto al agente Osvaldo Correa, efectuando un patrullaje de servicio preventivo, entre las siete de la noche y tres de la mañana. De repente, reciben una notificación por radio de un individuo que se sospechaba que había asaltado el establecimiento Burger King de Altamira en días recientes.
Al escuchar la alerta se dirigen al establecimiento y tan pronto llegan encuentran a dos jóvenes (Vega Jorge y Ángel Plaza) quienes se dirigen hacía la patrulla y conversan con Correa sobre el asaltante, indicándole que había brincado la verja. Acto seguido, relató, el joven más alto (Vega Jorge) brincó la verja y le siguió Plaza, mientras Correa intentó detenerlos verbalmente. Como consecuencia Correa decide perseguir a Vega Jorge y a Plaza, no sin antes darle la llaves de la patrulla a Díaz Rivera para que lo encontrara en la marginal que colinda con la Martinez Nadal.
Posteriormente, al disponerse a arrancar el vehículo, Díaz Rivera testificó que escuchó "una ráfaga de disparos", y lo notificó al Centro de Mando. Inmediatamente, al arribar a la esquina de la marginal se percata de la parte posterior de una patrulla estacionada en dirección hacía la parada de guagua. Lo primero que observó tan pronto se bajó de la patrulla fue al agente Juan Rosado, quien tenía sujetado por el hombro a Plaza, mientras lo levantaba del suelo.
Correa le comunica que había una persona herida (Vega Jorge), y cuando caminó estaba en el suelo cerca de la parada. Al instante avista a Natal y al agente Esteban Vidal. Díaz Rivera manifestó que increpó a los cuatro agentes sobre quién había disparado, pero lo negaron. No obstante, cuando le cuestionó a Natal, éste estaba nervioso y rápido le rispotó "sargento, sargento, mi familia" ante lo cual le ordenó que descargara su arma de reglamento, apuntó. El agente la entregó con tres balas en el cargador y una en la recamara.
Más tarde, al llegar el personal del Campo de Investigación Criminal (CIC), fueron ocupadas las armas de reglamento que estaban en las baquetas de los agentes Correa, Vidal y Rosado. Sin embargo, la de él (Díaz Rivera) no fue ocupada. Díaz Rivera, quién supervisaba a los agentes durante esa noche, los refirió al Cuartel General y dos días después (24 de septiembre) llevó las armas ocupadas al Instituto de Ciencias Forenses.
En el contrainterrogatorio de la abogada de defensa, Mayra López Mulero, el sargento no pudo precisar la vestimenta que llevaban los jóvenes. Asimismo el sargento puntualizó que en el momento que Correa persigue a Vega Jorge y a Plaza, no tenía claro la magnitud de lo que estaba ocurriendo, ni quiénes era los sospechosos del asalto. Además, aclaró que el término ráfaga de disparos eran varias detonaciones corridas.
Díaz Rivera señaló que no compartió expresiones del suceso con ninguno de los involucrados e indicó a Natal fue el único al que se le formularon cargos y fue suspendido sin sueldo tras el evento.
Por otra parte, López Mulero intentó establecer que la poca visibilidad del lugar, pudo haber provocado el incidente. De hecho, Díaz Rivera declaró que la iluminación era poca y sólo pudo distinguir un poste funcionando en la zona.
Tras el testimonio, el tío de la víctima, José Molina, declaró a NotiCel que "este es el segundo policía que ubica (Natal) en la escena" y puntualizó que existe evidencia para determinar causa para juicio en su contra. Del mismo modo, catalogó como una negligencia de parte de la policía el permitir que los jóvenes brincaran la verja. Y reiteró que "ha sido un díficil momento para la familia", mientras reprocho que el proceso se haya alargado por las constantes suspenciones de la vista preliminal que comenzó desde diciembre. De igual forma, descartó la posibilidad de que la poca iluminación fue la causante del incidente, pues aludió a que no concuerda con lo que expresó otros testigos.
Por su parte, Ángel Vega, el padre del joven muerto, visiblemente afectado manifestó que el proceso judicial le hace revivir lo sucedido.
López Mulero dijo a la prensa que está convencida de que lo ocurrido fue "una tragedia lamentable" en la que "no hubo intención de lastimar a nadie".
Por lo pronto, la vista se reanudará el próximo, 3 de febrero a la 1:30 p.m. en la sala 606 de la jueza Laura Lis López Roche en el Centro Judicial de San Juan. Quedan todavía en agenda los testiomonios de siete testigos.