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Rosa Emilia metida en el tirijala Supremo

La última palabra en Puerto Rico en cuanto a investigaciones de corrupción en el Tribunal Federal, la fiscal Rosa Emilia Rodríguez, fue entrevistada por el Gobernador para uno de los nombramientos al Tribunal Supremo que está atascado en la lucha de poder entre el Ejecutivo y el Legislativo.

Rodríguez no abordó la información directamente, pero ante el cuestionamiento repetido, diferenció entre su 'no' categórico que daba antes cuando se le preguntaba si había sido entrevistada, y la ambivalencia de ahora.

Una amplia sonrisa y una guiñada de ojo la delató cuando se le preguntó por la entrevista, aunque su respuesta fue evasiva.

'Para cualquier abogado sería un honor esa posición... soy la fiscal federal y no voy a decir si fui entrevistada o no fui entrevistada. Me parece que el proceso debe mantenerse confidencial. Nunca he hablado de asuntos internos, no creo que sería propio', destacó.

Se le insistió en que en una ocasión anterior cuando se le preguntó sobre el tema contestó categóricamente que no la habían entrevistado.

'Bueno, porque no había sido entrevistada. No voy a decir eso (que fui entrevistada). El proceso es muy delicado y en deferencia a ese proceso yo creo que debo mantener silencio', sostuvo con una amplia sonrisa.

Recientemente, sin mencionar nombres, el presidente del Senado, Thomas Rivera Schatz, afirmó que en La Fortaleza saben que en la lista de los candidatos que evalúan y entrevistan hay posibles nominados que no pasarían un proceso de confirmación en el alto cuerpo.

Recientemente se divulgó, sin detalles y sin que todavía ocurran acusaciones, que el FBI había llevado a cabo varias grabaciones encubiertas en el Capitolio, así como que permanece la expectativa de qué acusaciones adicionales vendrán por virtud de la cooperación del convicto ex senador Jorge de Castro Font.

Rivera Schatz libró una guerra de ataques verbales contra las autoridades federales por las acusaciones de corrupción que radicaron contra su amigo y ahora convicto ex senador Héctor Martínez basándose en parte en el testimonio de De Castro.