Tala indiscriminada de árboles en Caimito
La empresa César A. Masó taló a diestra y siniestra varios árboles en la Escuela Inés María Mendoza de Caimito amparándose en que cuentan con todos los permisos de las agencias pertinentes.
La fechoría de parte de la empresa, que tiene un contrato por parte de la Autoridad de Edificios Públicos (AEP) por más de $7 millones para culminar la construcción de dicho plantel, viene ocurriendo desde hace tres semanas cuando talaron cerca de 14 árboles y culminó con una última tala el pasado miércoles.
Ante esto, Juan Cruz, residente de Caimito y miembro de la Comisión de Ciudadanos al Rescate de Caimito, presentó una querella ante el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
Cuando NotiCel se personó esta semana a las inmediaciones de la Escuela, pudo evidenciar varios troncos de arboles tirados en el suelo tras haber sido removidos.
(Fotos: Ely Acevedo Denis/NotiCel)
Un empleado de la compañía, quién se identificó como Tito Nido, foreman de la construcción, afirmó que los árboles estaban 'enfermos, no ha sido por gusto', por lo que fueron removidos. Además, señaló que en el área donde se removieron dichos árboles se piensa habilitar para ensanchar la vía.
Tras la visita de este medio a las facilidades donde se construye la Escuela, el pasado miércoles nuevamente ocurrió otra tala de árboles.
En esa ocasión, tanto Elizabeth Masó, contable de la empresa; como Humberto Carillo, project manager, indicaron que la tala de árboles estaba contemplada en los planos de construcción de la Escuela y que ellos contaban con todos los permisos requeridos.
Sin embargo, al solicitársele ver los documentos, alegaron no tenerlos y refirieron a este medio al arquitecto Saúl Salazar, de la empresa Batista Valentín, Oficina de Planificación Profesional, CSP. Esta entidad fue contratada en julio de 2010 por AEP para inspeccionar los trabajos de la construcción en la Escuela. Pese a los intentos de NotiCel no fue posible conseguir a Salazar.
Entretanto, Cruz junto a Lourdes Colón, ambos miembros de la Comisión, acudieron el jueves a las facilidades de la Escuela para solicitar copia de los permisos y los planos al arquitecto Salazar. Sin embargo, el arquitecto los refirió a Rita Barreto, directora de la Escuela, quién nunca les mostró los permisos.
De otro lado, el teniente Román Marcano, del Cuerpo de Vigilantes del DRNA, les informó que la querella por la tala de árboles en la Escuela no procedía porque la empresa tenía los permisos.
El permiso de Corte, Transplante y Siembra de Árboles fue otorgado por el DRNA el pasado 3 de agosto de 2009 al arquitecto Jaime Fournier, como una enmienda al original del 2005. En el documento se estipula que removerían ochos árboles de las especies acacia, eucalipto, almácigo y guanacaste. En total se estarían removiendo cerca de 31 árboles. Para contrarrestar la remoción de dichos árboles las partes hacían un compromiso de sembrar 189 árboles.
Cabe señalar que en ninguna parte del permiso se detallan las razones por la cuales serian removidos dichos árboles.
Cruz puntualizó que con este plan 'hay una deforestación total de la Escuela'.
De acuerdo al arquitecto José Matos de JRM Architects Planners, quién fue originalmente contratado en el 2004 para el diseño de la construcción de la Escuela, en los permisos expedidos inicialmente no se contemplaba la tala de ninguno de los árboles.
Matos sostuvo que 'en el proyecto en su origen y así esta en los permisos de construcción se contemplaba la incorporación de toda la vegetación de esa finca'.
El arquitecto afirma que por consideraciones económicas el proyecto se demoró más de lo esperado y en mazo del 2008 le cancelaron el contrato porque 'en la segunda fase del proyecto hubo unas diferencias entre ellos y nosotros'.
Desde aquel entonces Matos dijo que había la intención de remover dichos árboles para ensanchar la vía en cuatro carriles y favorecer un proyecto de construcción de vivienda de la empresa G. P. Real Property S. E., ubicado en la finca aledaña a la Escuela.
De hecho, añadió que recibió presión por parte de personas enviadas por Gerardo Pérez, desarrollador de Paseo del Monte.
'En el proceso de diseño personas allegadas a ese desarrolllador se me acercaron y querían que se tumbaran unos arboles en el Camino Los Ortegas para ensanchar el camino y darles más capacidad de volumen de vehículos'. Luego de una batalla legal con la Comisión, el Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA) le expropió los terrenos de Paseo del Monte, según Matos.
Sin embargo, Matos apuntó que no quería talar dichos árboles porque algunos de ellos tenían más de 60 pies de altura y hasta eran centenarios. Del mismo modo, expuso que dichos árboles servían de sombra y ventilación a la Escuela.
En una misiva cursada al secretario del DRNA, Daniel Pagan, Matos trajo a su consideración la tala de árboles en Caimito.
Asimismo, le manifestó que 'de ser cierto que existieran árboles enfermos lo propio hubiese sido identificar la alegada enfermedad y tratarlos ya que son adultos de especies endémicas de las islas caribeñas. Eso se espera de un sujeto responsable. Más que nada se ha demostrado la barbarie, o quizás sea la conveniencia, que pueda derivarse de este ultraje'.