Fortuño sabía, o debió saber, sobre veto a más azufre
La denegación del permiso para aumentar la concentración máxima permitida de azufre en el combustible de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) no debió sorprender a la administración del Luis Fortuño dado que la Agencia federal de Protección Ambiental (EPA) hacía un año le había reportado los problemas de emisiones contaminantes de dos de sus plantas generatrices.
La oficina de la Región 2 de la EPA, con sede en Nueva York, emitió el 16 de diciembre de 2010 el informe anual sobre la cantidad de químicos tóxicos descargados por industrias en tierra, aire y agua de Puerto Rico durante el 2009.
Aparte de las altas emisiones tóxicas que produjo la explosión y fuego de la Gulf Caribbean Petroleum Refining (CAPECO), que eran de esperar por la magnitud del evento, en la lista cayeron las plantas generatrices de San Juan y Palo Seco, de la AEE.
Otro asunto que debió saber el gobierno puertorriqueño es que la EPA, bajo la presente administración del presidente Barack Obama, se movió el año pasado, por primera vez en casi 40 años, a proponer fortalecer el estándar nacional para el bióxido de azufre (SO2) con el fin de proteger la salud pública.
Las plantas energéticas y otras instalaciones industriales emiten SO2 directamente al aire y la exposición al azufre puede agravar el asma, causar dificultades respiratorias y por ende, motivar más visitas a las salas de emergencia y hospitalizaciones. La alta incidencia de asma en Puerto Rico es de público conocimiento y la EPA ha dicho que las personas asmáticas, niños y los ancianos son especialmente vulnerables a los efectos del SO2.
En noviembre de 2010, la EPA anunció que había añadido 16 químicos a la lista de químicos tóxicos que deben reportarse para el 1 de julio de 2012, siendo esta la mayor expansión del programa de informes en una década. Los químicos añadidos son sustancias reconocidas como cancerígenas para los humanos.
Las plantas de la AEE en Aguirre y Guayanilla registraron una disminución en las emisiones reportadas, aunque siguen siendo elevadas; mientras las generatrices de Palo Seco y San Juan aumentaron.
La planta de Palo Seco sufrió una explosión el 29 de diciembre de 2006, un incendio al día siguiente y otro fuego en el área de hidrogas el 24 de febrero de 2011. Ninguno de estos eventos ocurrió en el periodo que cubre este inventario de la EPA.
Al confirmar que haría la petición a la EPA, el Gobernador justificó cambiar los parámetros del azufre porque 'el que firmó eso en 2005 metió la pata', restando validez al acuerdo de la AEE para dilucidar el pleito judicial de la organización de comunidades de Cataño en contra de la contaminación que generaba la planta generatriz de San Juan.
'Eso fue un acuerdo entre las partes, una estipulación. Y, yo entiendo que fue una metida de pata, porque si hubiesen promovido, como yo estoy promoviendo yo, fuentes alternas de energía, puedes equilibrar las emisiones al ambiente', señaló en una conferencia de prensa convocada para anunciar la construcción de un proyecto de energía fotovoltaica en Guayama.