Jorelys llega a casa
Acompañada por sus otras dos hijas menores de edad, Jocelyn Rivera llegó al aeropuerto Luis Muñoz Marín a eso de las 2:30 de la tarde junto al cadáver de su pequeña Jorelys para los actos fúnebres a celebrarse en Peñuelas. Horas después, el cuerpo inerte de la niña arribó a la Funeraria Santa Teresa donde fue recibido por compueblanos que, conociéndola o no, llegaron hasta el lugar a rendirle tributo.
Sin desaprovechar el momento para agradecer al pueblo puertorriqueño por el apoyo que se le ha brindado a la familia, Rivera reiteró en el aeropuerto su reclamo de que se aplique la pena de muerte para la persona que secuestró, violó y asesinó a su hija de 7 años.
Aunque un tanto incierta sobre el presunto responsable, la madre se mostró confiada en que las autoridades han tenido que tener alguna prueba para vincular a Ryan Brunn, empleado de mantenimiento del complejo donde ocurrieron los hechos en el estado de Georgia.
Por lo pronto, Rivera intenta mantenerse fuerte para sus otras dos pequeñas. Aún así, a su salida por el terminal del aeropuerto tras conversar brevemente con la prensa se atacó en llantos y se movilizó rapidamente con su familia hasta abordar un carro con el equipaje.
Posteriormente, la mujer volvió a irrumpir en llanto al llegar a la funeraria y encontrarse con familiares y amigos que la esperaban. Delante del féretro abierto, desfilaron poco a poco los presentes, incluyendo al padre, Ricardo Galarza, quien indicó que se llevará a su hija al cementerio en una carroza guiada por caballos, según informó El Nuevo Día.
Aunque el entierro estaba pautado para el martes en el Cementerio Municipal, el domingo la madre compartió su deseo de adelantar el mismo para el lunes en la tarde. La decisión final dependería del arribo a Puerto Rico de la abuela materna anoche.