Regalan y reciben vida (vídeo)
Mientras cientos de miles de niños y niñas disfrutan hoy de una Navidad llena de regalos y de fiesta, otros viven un cuadro diametralmente distinto aunque, extrañamente, esperanzador.
Un ventilador aferra a un pequeño a la vida desde hace año y medio. Nunca ha conocido la vida fuera del hospital. Fue prematuro y su delicada condición no le ha permitido despegarse del ventilador, ni de la minuciosa supervisión médica del intensivo desde entonces. El trigueño de ojos grandes y botines navideños mira con detenimiento a las que se han convertido en su segunda familia y quienes luchan para que, quizás, la próxima Navidad pueda pasarla junto a sus padres en casa.
'Es un nene que uno lo quiere un montón. Uno lo ve pegado a una máquina y uno piensa que no puede tener contacto con uno, pero es todo lo contrario', asegura la Dra. Hilda Díaz mientras le remenea sus llaves de juguete.
'Nosotros lo queremos como nuestro hijo', agregó la Dra. Marlene Díaz, residente de segundo año de pediatría.
Como él, decenas de niños, niñas y adolescentes de todos los rincones pasan una Navidad en el Hospital Pediátrico del Centro Médico con las condiciones más complejas que se dan en el país o porque simplemente se dieron un mal golpe jugando y terminaron con un hueso roto. Con ellos y ellas, sobre 70 médicos, residentes, y enfermeras y enfermeros que han elegido sacrificar a sus familias sanguíneas en esta época para salvar las vidas de los pequeños que se convierten en una familia extendida. Usan pulseras verdes, rojas y blancas, gorros y camisas navideñas para mantener el espíritu navideño vivo dentro del hospital y traer alegría a los que no tienen la dicha de contar con salud en estos días.
NotiCel pasó el 24 de diciembre de 2011 en las salas de emergencia y de intensivo del Hospital Pediátrico, en el Centro Médico. (Vídeo por Juan Carlos Linares para NotiCel)
'Aquí es como las olas del mar: unos días mejores, otros regulares, y unos días peores', sostuvo la Dra. Milagros Martín de Pumarejo, directora de sala de emergencia, quien lleva 30 años en la faena. Los atragantamientos, ahogamientos, quemaduras y los golpes son la orden del día y se unen a los más casos complejos de todo Puerto Rico que sólo puede ser atendidos en esta institución.
Hace seis meses doña Carmen Rosa Díaz no se despega del lado de su Eliazib. Viaja todos los días desde su trabajo en Caguas o desde su hogar en Cayey para pasar las horas de visita con él. El otrora atleta y joven perfectamente saludable de 17 años, repentinamente comenzó a tener convulsiones y movimientos involuntarios. Recorrió un sinnúmero de médicos sin que ninguno pudiese dar una respuesta y seguía empeorado.
'El último médico que lo vio me dijo que lo que tenía era changuería', recordó Rosa.
Finalmente fue categorizado como un paciente psiquiátrico y enviado al Pediátrico para tratamiento. Aquí le encuentran que en realidad tiene una rara encefalitis autoinmune, y es el segundo caso diagnosticado en Puerto Rico. En este punto el joven ya está conectado a un ventilador, inconsciente y paralizado por lo que no puede someterse al correspondiente tratamiento que implica suprimir su sistema inmune. La Dra. Díaz, quien ha estado a cargo del caso desde el principio, no albergaba esperanzas.
'Han sido muchos los obstáculos para poderle dar el tratamiento. Fueron muchos meses de que las esperanzas de que este nene saliera de esta situación eran ninguna', confesó.
Sin embargo, la joven pediatra y el equipo médico no se dieron por vencidos y hace tres semanas el 'milagro' se dio y doña Carmen recibió temprano su regalo de Navidad. Se pudo iniciar el tratamiento y su hijo está respondiendo: fue retirado del ventilador y de vez en cuando abre los ojos, hace contacto visual y ha dicho alguna palabra. Para ella esto significael mundo y la razón por la que despliega una gran sonrisa pese a que aún están en un hospital.
'Aquí le han dado una excelente ayuda y ha tenido mucho progreso', apuntó al asegurar que su hijo a quien responde es a la cariñosa voz de la Dra. Díaz.
Las perspectivas no son certeras, pero esperan que Eliazib continúe mejorando y el primer caso de esta enfermedad salió caminando del hospital, indicó la pediatra.
Igual de agradecidos y sonrientes están Ismarie Fernández y Samuel Feliciano, quienes estarán con gusto hoy 25 de diciembre y posiblemente el resto de las fiestas en la institución, según dijeron. Hace tres días pasaron el susto de su vida cuando su bebé de tres meses, Andrés Samuel, no quiso comer y le encontraron una hernia en el diafragma en hospital privado. Lo enviaron para operar de emergencia al Pediátrico. El bebé fue intervenido de inmediato por el residente de cirugía Dr. Luis Rodríguez Escolá y su facultativo, el cirujano pediátrico cardiotorácicoDr. Enrique Márquez. Ayer en la mañana Rodríguez Escolá pasaba visita satisfecho de la gran mejoría de Andrés, y horas más tarde los aliviados padres visitaban a su niño con un sentido de gratitud que desbordaba hacia los médicos que aún no habían podido conocer y hacia todo el personal.
'Todo ha sido un regalo para mí. La (Navidad) pasamos aquí', dijo Fernández con una amplia sonrisa tras saber que su bebé se recuperaba a paso acelerado y poderlo cargar y alimentar.
Andrés estará pronto de vuelta en su casa.