'Chapucería' de papá TRS en remodelación Paseo de Diego
A las controversiales gestiones que ha tenido con el Gobierno la empresa JRD Consultant Group Corp., presidida por el ex alcalde de Trujillo Alto, José A. ?Nía? Rivera Díaz, se le añaden problemas en la remodelación del Paseo de Diego en Río Piedras que les encomendó el Municipio de San Juan en 2004 y que provocó múltiples pérdidas a los comerciantes riopedrenses.
De acuerdo a información que aparece en la Oficina del Contralor, JRD Consultant mantuvo contratos con el Municipio de San Juan desde el 2003 hasta el 2004 por los que cobró cerca de $985,500. En esa época, la empresa fue contratada para brindar servicios de inspección en la remodelación del Paseo de Diego, que propulsó el alcalde capitalino, Jorge Santini, y que comprendía desde la avenida Ponce de León hasta la calle Del Carmen, lo que para algunos fue el contrato de más envergadura que tenía JRD Consultant con el Municipio de San Juan. El dueño de la empresa es el padre del presidente senatorial Thomas Rivera Schatz y su representante en la obra fue el ingeniero Narciso Matos.
En diciembre de 2003, cuando Santini anunció la remodelación del Paseo de Diego indicó que costaría cerca de $4 millones. NotiCel supo que unos $3 millones provenían del Community Development Block Grant Program.
Ana Lourdes Rivera, dueña de la desaparecida Farmacia DECO ubicada en la Plaza del Mercado en Río Piedras, manifestó a NotiCel que a diferencia de la remodelación que hizo la ex alcaldesa de San Juan, Sila María Calderón, en el área que se consideraba como el Viejo Paseo de Diego, esta construcción bajo la administración de Santini, se caracterizó por no contar con la participación de los comerciantes durante el proceso.
De hecho, cuando ya había comenzado el proceso de construcción en enero del 2004, los negociantes hicieron un intento infructuoso para que el entonces director del Centro de Acción Urbana, Comunitaria y Empresarial (CAUCE), el profesor Juan Giusti, fuera parte del proceso sobre las reuniones relacionadas al plan de remodelación, para que así mantuviera informado a los comerciantes. Giusti apenas pudo asistir a dos reuniones y enfrentó una solicitud, que no tuvo éxito en la pasada administración pero que se ejecutó bajo la actual administración de la Universidad de Puerto Rico, para que fuera destituido de CAUCE.
No fue hasta febrero 2006 que finalmente la obra de remodelación del Paseo de Diego fue completada. De hecho, Giusti señaló que el retraso para concluir dicha remodelación resultó en que la obra se demoró más tiempo que la primera remodelación que se hizo en la zona en 1981, que solo duró seis meses.
Por otro lado, Rivera expuso que durante el proceso de remodelación los comerciantes se vieron afectados, en un momento dado donde trataban de sobrevivir al impacto de la construcción del Tren Urbano (1997-2003), que había dejado innumerables pérdidas.
Sin embargo, las fallas en el plan de remodelación y la posterior demora en la finalización de los trabajos, redundaron en que las ventas bajaron en algunos negocios y otros tuvieron que cerrar a consecuencia de dicha construcción.
Uno de los problemas que según Rivera enfrentaron los comerciantes durante el proceso, fue con los soterrados o los alcantarillados que provocaban mal olor, lo que reducía las visitas en las tiendas riopedrenses.
A juicio de Rivera, lo que hizo JRD fue una 'chapucería' en la remodelación y denotaba cierta inexperiencia. Prueba de ello es que 'hace tres años todavía habían fallas en el rodaje que trataron de ser corregidas poniendo parches de concreto'.También, en esa época se pudo observar falta de iluminación en el área.
La cosa no queda ahí, porque el diseño de la remodelación que estuvo a cargo de los arquitectos Ivan Garcia Infanzón y Juan Luis Maldonado, al parecer tenía fallas de conceptualizarción. Esto debido a que se colocaron unos canopys, o doseles, que obstruían la entrada a algunos establecimientos, precisó Rivera.
Giusti expuso que otra de las complejidades era que los doseles eran 'unas estructuras sumamente grandes que requerían que se colocaran en una base grande'. Ante esto, los contratistas comenzaron a hacer excavaciones 'a ciegas' en el área, que tiene tuberías instaladas en la zona que datan de entre el 1870 y 1880 y para las que no hay planos.
Asimismo, Giusti sostuvo que cerca de 30 árboles fueron cortados en el área por la remodelación, y pese al compromiso que hicieron la parte concerniente aún no han sido resembrados.
De igual forma, Rivera apuntó que una caja eléctrica se colocó frente a la tienda Humberto Vidal, lo que catalogó como un 'adefesio'. Al mismo tiempo, no se había trazado un área para zona de Carga y Descarga para los negocios.
Debido a todo esto, Rivera puntualizó que como comerciante la experiencia fue 'frustrante'.
NotiCel contactó a García Infanzón, pero este rehusó a dar declaraciones hasta tanto no tuviera la autorización del Municipio de San Juan.
En días pasados, JRD Consultant, ha estado en medio de un controversia luego de que El Nuevo Día publicara que Rivera Díaz mantenía varios contratos con dependencias gubernamentales y que este estaba violentando la Ley 173 del 1988, al no ser ingeniero licenciado. El punto que desató el escándalo es que en un contrato otorgado el pasado septiembre de 2011 por parte del Banco Gubernamental de Fomento (BGF), se describe a Rivera Díaz como 'ingeniero, mayor de edad, casado y vecino de Trujillo Alto, Puerto Rico'. Tanto el Colegio de Ingenieros y Agrimensores de Puerto Rico como el propio Rivera Schatz reconocieron que Rivera Díaz no era ingeniero.
El panorama lo coloca en una situación parecida a la que enfrentó el senador Roger Iglesias con la empresa Engineering <><><><><>& Communication Group, lo que provocó que ante el escándalo rescindiera de los contratos con el Gobierno./p
pEn el portal de la Oficina del Contralor se establece que desde el 2003 hasta el 2012, JRD Consultant ha tenido múltiples contratos con el Gobierno que totalizan $2,427,550./p
pNo fue posible conseguir una reacción ni de Santini, ni de Rivera Díaz ni de Matos./p