Aunque el domingo es el día pautado para el cierre del negocio que lleva sirviendo mallorcas desde el 1902 en el Viejo San Juan, hoy funcionarios de gobierno y del sector privado llegaron hasta La Bombonera para discutir con la gerencia una reestructuración del lugar para que, al menos, el área de repostería siga operando.

Al momento, una discordia entre la tercera generación de accionistas del negocio -quienes, según trascendió, residen en España- ha producido que los dueños del área de la cocina la quieran vender, dejando el área donde opera la cefetería desprovista de la misma y de los baños.

Antes de que llegara la escuadra compuesta por el Secretario de Estado, Keneth McClintok, el Secretario de Turismo, Luis Rivera Marín, la Presidenta del Banco de Desarrollo Económico, Ivonne Otero Guzmán y el Presidente de la Asociación de Restaurantes de Puerto Rico, Humberto Rovira, al lugar, la conversación entre los empleados de La Bombonera giraba en torno a lo que harían el lunes, cuando no tendrían que levantarse temprano para ir a trabajar.

Inspiración de poetas como Edwin Reyes, quien describiera a parejas sacudiéndose las hojas del amor durante el café mañanero, de la Bombonera todos conservan una memoria. En una entrevista el actor y comediante Ramón Ortiz del Rivero ‘Diplo’ contó el día que se echó a llorar cuando en su adultez cumplió el sueño de comprarse una caja completa de los besitos de coco que hacían en el café sanjuanero.

Tras 50 años sirviendo en lo que considera su casa, José Bruno, recordó con nostalgia los días que sus jefes eran Puig y Abraham, y en la bombonera se vendían bombones de diferentes marcas.

‘Conocí a mi mujer trabajando en La Mallorca, que también era de Puig y Abraham. Ella trabajaba en Franklin, una tienda de ropa para mujer, y siempre iba a comerse algo allí’, contó Bruno.

Al lugar histórico, el jefe de cocina también le debe el sustento de sus tres hijos, dos de ellos también empleados de la bombonera.

José López, gerente de la cafetería, se mostró optimista ante la oferta de parte de las agencias para buscar financiamiento que pueda hacer posible la habilitación de un mezzanine y un segundo piso que tiene el edificio principal, para continuar la operación.

Ante la ausencia de los accionistas para discutir las opciones, López mencionó que ‘ nos reuniremos esta semana, pero dudo que rechacen la ayuda’.

Otros como Jesús Pérez, quien viene desde Lares todos los días desde hace 15 años para servir de cantinero, se mostraban escépticos a la gestión del gobierno para evitar que el domingo cerraran la cocina.

‘Ya vinieron del Departamento de Trabajo a orientarnos. Ya nos lo dijeron el domingo todo esto se va’, sentenció.

A la hora del almuerzo, comensales que habían escuchado la noticia del cierre venían de todas partes a engullir mallorcas polvoreadas de azúcar como si se tratara de la última vez.

Dennis Costa, empleado de Fortaleza, comentó que ‘desde hace meses venía posponiendo venir y cuando escuché la noticia me dio mucho cargo de conciencia’.

‘Caminando para acá ví un Subway, un Wendy’s, negocios que hay en todas partes del mundo. A nosotros nos hacen falta lugares como este que representan nuestra idiosincracia’, opinó.

Camille Rivera, encargada de coordinar bodas en el Hotel El Convento, también decidió ir a sentarse en la icónica barra a almolrzar y mientras, le mostraba a su acompañante los correos electrónicos de una turista que cada vez que aterriza en Puerto Rico va directo a la Bombonera a comerse una mallorca.

‘Im pregnant and I’m just craving a mallorca’. leía en voz alta Rivera.

Los turistas Matt y Shaunna dijeron haber visto La Bombonera recomedada en varios sitios de viajes en el internet. ‘Nos gusta disfrutar de los sabores locales y no nos gustan los precios altos, así que decidimos venir’, dijeron.

Matt y Shaunna

Por su parte Rafael Miranda, residente de Isla Verde, dijo las mallorcas no serán lo único que extrañará si cierra el lugar.

‘He venido por años a comer berenjena guisada con pollo, También me encantan los spaguettis que hacen’, señaló.

El Secretario de Turismo se comprometió a trabajar en conjunto con el BGF, inversionistas del sector privado y compañías encargadas del diseño de hoteles para que tanto él como el resto puedan ‘mantener los chichitos’ gracias a las ricas mallorcas.