La notable inacción por parte del Departamento de Agricultura en la Oficina para la Reglamentación de la Industria de Carne de Res, creada en 1996, ha propiciado un mercado totalmente desregulado que ha contribuído a la desaparición de cientos de empresas dedicadas a la crianza de ganado para carne, al punto de que 15,000 cabezas de ganado vendidas para carne provinieron de la industria lechera.

Estos fueron los hallazgos de un informe de la Comisión de Agricultura, Seguridad Alimentaria y Sustentabilidad de la Montaña y de la Región Sur del Senado aprobado durante la sesión legislativa.

El Fondo para el Fomento de la Industria de la Carne de Res de Puerto Rico solicitó investigar en detalle el funcionamiento de la Oficina para la Reglamentación de la Industria de la Carne de Res en la fiscalización.

La Comisión dijo que encontró una industria que está virtualmente desaparecida y solo provee el diez por ciento del consumo local de carne debido a que la Oficina, la cual esta encargada de proteger la industria, ha estado inoperante por anos u operando de forma limitada.

‘Desafortunadamente, la falta de fiscalización y reglamentación de la industria de carne de res durante los pasados diez años, ha contribuído a la desaparición de cientos de empresas ganaderas dedicadas a la crianza de ganado de carne, a la quiebra de decenas de mataderos alrededor de la Isla y al desuso de miles de cuerdas de terreno agrícola ideal para el desarrollo económico de esta empresa,’ dice el informe.

La industria de carne de res en Puerto Rico ha mostrado un constante descenso alcanzando el punto de producción más bajo históricamente con un 10.3% del consumo local en 2011. Las estadísticas del Departamento de Agricultura indican una constante reducción de animales procesados en Puerto Rico, sacrificando unos 53,436 vacunos en 2007-2008; 48,796 en 2008-2009; 41,040 en 2009-2010; y disminuyendo la producción total a 36,993 animales para 2011-2012.

‘Esta situación se hace sumamente crítica si consideramos que aproximadamente 15,000 vacunos provienen de la industria lechera. En otra estadística, se mencionó que el consumo per cápita de carne de res es de cuarenta (40) libras por persona, de esto solo se produce localmente el diez por ciento’, indica el informe.

La notable inacción por parte del Departamento de Agricultura en la Oficina para la Reglamentación de la Industria de Carne de Res ha mantenido durante más de una década a todos los productores de ganado vendiendo sus animales a precios y condiciones impuestos por común acuerdo del sector procesador que también tiene la capacidad de establecer precios de matanza e importar carne sin ningún tipo de licenciamiento o regulación con el total conocimiento del Departamento de Agricultura, según el informe.

‘La histórica otorgación de estos contratos millonarios anualmente, sin la participación del Fondo, ha causado un disloque económico en la distribución de la ganancia dentro de la industria sumamente perjudicial para el sector productor que amenaza la estabilidad de la industria local, debido a que los procesadores controlan y establecen un monopolio que ha resultado en la quiebra económica de cientos de ganaderos y varios mataderos durante los últimos años,’ dice el informe.

El Departamento de Agricultura, de otra parte, indicó que la Oficina de Reglamentación nunca ha sido puesta en función en su totalidad como un ente fiscalizador de todos los elementos del sector de carne.

En el pasado, dependiendo de la política pública de la administración de turno, se ha puesto en función o se ha eliminado la Oficina.

‘El Departamento de Agricultura no tiene en su partida económica dinero para poner en funcionamiento esta Oficina. Los fondos tendrían que ser asignados por el Ejecutivo,’ dice el informe.

La agencia, no obstante, dijo que ha identificado varios aspectos para el crecimiento y estabilización de la Industria; entre los que se encuentran: que el Fondo ha aceptado integrarse al Programa de Comedores Escolares; determinar el precio de venta de carne fresca; el establecimiento de un programa piloto de identificación de ganado; establecer un incentivo dirigido a promover la inseminación artificial y la trasferencia de embriones en el ganado vacuno; y la compra de productos agrícolas puertorriqueños por parte de las agencias de gobierno y privadas.