El ministerio público está confiado en que el Tribunal de Apelaciones falle a su favor y le permita presentar como evidencia los patrones y exámenes periciales de sangre levantados en el vehículo del exagente policial, Roberto Quiñones, quien está acusado de desaparecer y asesinar a la bailarina Yexeira Torres Pacheco.

La jefa de la fiscalía en Carolina, Alma Mendez, reconoció que sin esa evidencia es más difícil probar su caso, pero se mostró optimista en que el panel de jueces apelativos se rija por las circunstancias excepcionales que aplican a este caso.

La fiscal recordó que las expectativas de privacidad e intimidad en un automóvil son menores que las que existen dentro de una residencia.

Méndez sostuvo que ‘es un contrasentido’ que la jueza superior de Carolina, Berthaida Seijo, suprimiera la evidencia ocupada en la guagua del acusado, pero sí permitiera que la fiscalía utilice la evidencia incautada en la residencia de Quiñones que también se ocupó sin una orden judicial de registro.

‘Nosotros entendemos que desde un punto de vista de derecho y de jurisprudencia la decisión fue errada’, indicó la fiscal a NotiCel.

Por ello, espera que el Tribunal de Apelaciones ratifique la posición del Estado.

‘Hay amplia jurisprudencia federal que resuelve que ocupado válidamente un automóvil no hay requisito alguno de que se haga inmediatamente el registro y ocupación de la evidencia delictiva que dentro de esa guagua puede haber’, sostuvo.

Méndez señaló que la ocupación inicial del auto recibió el consentimiento expreso por parte del hoy acusado.

Entre las circunstancias excepcionales que había en este caso, figura que el vehículo tenía un gravamen de persona desaparecida en el National Crime Information Center (NCIC), sistema de información administrado por el FBI que se nutre de otros subsistemas incluyendo el Registro Nacional de Personas Desaparecidas a nivel local.

‘Ese fue el carro donde ella fue vista por última vez’, destacó la fiscal al justificar que no se buscara inmediatamente una orden de registro.

Méndez recordó, además, que ya Quiñones resultó convicto por el marbete falsificado que se le ocupó el día que voluntariamente acudió a una entrevista con la Policía relacionada a la desaparición de la bailarina y se le informó del gravamen en el NCIC.

‘El juez validó esa ocupación y registro y lo encontró culpable’, indicó.

Quiñones ya resultó convicto el 15 de marzo de 2012 por los delitos graves de falsificación de licencia, marbete y otra documentación, así como de un delito de apropiación ilegal por no entregar chaleco antibalas cuando renunció a la Uniformada. Esa sentencia termina a mediados de 2015.

Las autoridades aún desconocen el paradero del cadáver de la joven bailarina, pero la fiscal insistió que el ministerio público cuenta con suficiente prueba científica y circunstancial para encausar al expolicía.