La forma peculiar en que están expuestos los restos de doña Georgina Chervony Lloren, quien falleció este domingo a los 80 años de edad, no fue un pedido o pretensión de la familia, sino que la propia mujer antes de fallecer lo solicitó.

Chervony Lloren, cuyos restos descansan en una mecedora azul, con una almohada y lo que parece un periódico en sus manos, acudió meses antes de su muerte a la Funeraria Marín, en Hato Rey, para pedir que la velaran de esa forma.

‘Eso fue un pedido de ella misma. Ella fue, hizo un prearreglo y lo hizo todo ella. Dejó su ropa lista, la que ella quería que le pusieran cuando ella muriera. Ella especificó cómo quería su funeral’, detalló en entrevista con NotiCel Elsie Rodríguez, vicepresidenta de la funeraria.

Los restos de la mujer fueron expuestos esta mañana y serán velados hasta el martes, cuando se verificará el sepelio.

No es la primera vez que esta funeraria celebra este tipo de velorio en la Isla. La moda inició en el 2008 en el Residencial Quintana con el llamado ‘muerto para’o’ y, dos años después, con el difunto en motora en las instalaciones de la funeraria.

Un tercero se veló en una ambulancia en el despacho del entonces fallecido en Trujillo Alto, otro en la cancha del Residencial San José, en Río Piedras, con el muerto sentado y más reciente, en febrero de este año, un difunto vestido de boxeador.

La propietaria de la funeraria, establecida desde el 2002, aseguró que este tipo de evento sigue las mismas directrices de los otros velatorios.