El Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) envió un comunicado el jueves en el que celebra el ‘exito’ de un operativo que culminó en la incautación de material de contrabando y en sanciones administrativas de las confinadas que violaron el reglamento. La administración obvió responder, sin embargo, por la falta de controles de seguridad, que llevó a que el mes pasado se incautara sobre 141 mil dólares en materiales.

El asunto acaparó la discusión pública el martes luego de que una estación radial revelara las fotografías de cuatro reclusas, y que medios de comunicación hayan resaltado en sus titulares las ‘poses sugestivas’ y la desnudez de las confinadas. Los comentarios de los lectores en redes sociales variaban entre la indiferencia por lo irrelevante del asunto hasta enojo y odio hacia las confinadas, quienes se supone estén privadas de ‘todo privilegio’.

‘Yo pago para que se les prive de todo privilegio que tienen bajo la Constitución de Puerto Rico… La cárcel no es una pasarela’, expuso un ciudadano, al criticar incluso que no haya pena de muerte en el país. Otros preferían opinar sobre el cuerpo de las mujeres en las fotos.

La representacióndel cuerpo de la mujer como objeto en la cobertura noticiosa, así como el imperativo del castigo por parte del Estado fue cuestionado por la licenciada Ariadna Godreau, en un blog de derecho. La abogada criticó que en los discursos públicos se promueva un deseo de apropiarse de la sexualidad y del cuerpo de las confinadas. ‘Sus cuerpos –que son nuestros, porque los hemos comprado con nuestras contribuciones que las alimentan y las dejan votar’, ironizó quien trabaja en la Unión Americana para las Libertades Civiles (ACLU).

En entrevista con NotiCel, Godreauenfatizó quela discusión no debe ser el cuerpo de la confinada, sino sobre si la cárcel es un mecanismoidóneo de rehabilitación. ‘En Puerto Rico, la imagen del castigo y la venganza ha tomado un papel preponderante, cuando lo ideal debe ser disuadir la conducta y promover la rehabilitación’, abundó.

Criticó, a su vez, que las personas de la libre comunidad tengan interés en regular las actividades de quienes están en la cárcel como si con ello se resolvieran todos los males sociales de los cuales se les culpa. ‘El hecho que hayas cometido delitos, no quita que tienes derechos civiles… Si bien (estas personas) cometieron delitos, la idea es que un día se puedan rehabilitar’, recordó.

En el operativo en la Escuela Industrial para Mujeres en Vega Alta, la Unidad Canina incautó cinco celulares, dos cargadores, una bebida fermentada y excesos de medicamentos. A las confinadas que se les ocupó contrabando, se le radicarán querellas administrativas y se les someterán cargos en el Tribunal, e inmediatamente fueron puestas bajo arresto. Una de las confinadas,Marielys Echevarria, fue referida al Centro Médico para sacar placas tras haber sido marcada por uno de los canes.

Se identificó, además, a las confinadas que supuestamente participaron en las fotografías, quienes se exponen a querellas administrativas y a ser procesadas criminalmente al concluir la investigación.

El Secretario Interino del DCR, José Aponte Carro, aseguró que el operativo es uno de muchos que se realizan diariamente en Corrección, que integra parte de un plan para bajar la incidencia delictiva de contrabando.

Aponte Carro informó que la agencia cuenta con vigilancia 24 horas incluyendo rondas a perímetros, cámaras de seguridad, informantes confidentes y un personal sumamente adiestrado. Los empleados también están sujetos a registros.

‘La nueva modalidad es tirar paquetes desde las vías públicas y caen dentro de la Institución’, explicó en comunicación escrita. En ocasiones son suministrados a través de las visitas o los adquieren cuando salen a citas médicas u otras actividades.

Además de los celulares, en junio, se incautaron jeringuillas, pipas, fisgas, medicamentos, marihuana, cocaína, heroína, revistas, hojas de papel, relojes, anzuelos, perfumes, pedazos de metal, máquinas de tatuajes y potes de tinta.

Ante las críticas a los esfuerzos de rehabilitación, detalló que dentro de las facilidades se ofrecen cursos vocacionales, académicos, programas de artesanía, taller de orquídeas, capellanía, deporte, costura, agricultura y manejo de conducta. En Vega Alta, las reclusas cuentan con un programa de panadería y un salón de belleza.

El DRC no ofreció información sobre la posible participación de los guardias penales ya que ‘la investigación está en curso’.