Cientos de personas participaron el sábado en la tercera marcha mundial contra Monsanto para denunciar principalmente el uso de químicos tóxicos en el cultivo de semillas como el glifosato.

Partiendo del edificio de Biotecnología de la Universidad de Puerto Rico para culminar en una feria ecológica y cultural en la Plaza de la Convalescencia en Río Piedras, Puerto Rico se unió así al movimiento global que unió a 38 países el sábado contra la industria de la biotecnología agrícola y la fumigación con glifosato.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) vinculó en marzo pasado el glifosato, que es el ingrediente activo del ‘Roundup’, el hierbicida más utilizado en el mundo y creado por Monsanto, al cáncer y el autismo.

El miembro del colectivo Nada Santo sobre Monsanto y de la organización de agricultura Boricuá, Jesús Vázquez, explicó que este año el reclamo de la protesta giraba en torno a la prohibición del glifosato. En el caso de Puerto Rico, en Aibonito existe ya una resistencia de base de un pueblo rural bastante sólida, comentó Vázquez, para eliminar los hierbicidas que se utilizan para asperjar los caminos.

La marcha sirvió de refuerzo al proyecto de ley sometido por la senadora del Partido Independentista Puertorriqueño, María de Lourdes Santiago, quien estuvo presente en la marcha y que, junto al senador Larry Sielhamer, busca exigir a las empresas que deriven sus alimentos de semillas transgénicas o que usen el glifosato en sus cultivos, lo indiquen así en la etiqueta de sus productos.

Santiago también es autora de otro proyecto de ley que intenta prohibir el uso del glifosato para fines no agrícolas. En muchas comunidades de Puerto Rico, se fumiga con glifosato las calles para despejar las hojas del camino.

A su vez, Vázquez denunció la experimentación genética en general, que en Puerto Rico ha tomado ‘el valle sagrado’ de Santa Isabel y Juana Díaz para poner a prueba hierbicidas y exportar semillas fuera de Puerto Rico.

‘El Departamento de Agricultura habla mucho de seguridad alimentaria. Ninguna de estas compañías están produciendo alimento. Por qué hay que darle las mejores tierras agrícolas con las mejores propiedades de suelo a estas semilleras cuando más del 85 por ciento de los alimentos que consumimos vienen del exterior?’, cuestionó Vázquez.

La actividad también rindió homenaje a los agricultores orgánicos que por años han sacado a flote sus fincas y cultivos, sin usar químicos sintéticos y haciendo agricultura en armonía con las necesidades del medio ambiente. Entre ellos, se encontraban Edgardo Alvarado, Nelson Álvarez y Darma Cartagena, miembros fundadores de Boricuá.

A la población se le exhortó a dejar de comprar productos procesados y por el contrario, comprar productos orgánicos o ecológicos.

Los jugos naturales de la Finca Agrícola Las Abejas de Orocovis, el chocolate orgánico que vende La Chiwinha, el puesto de frutas y vegetales de Frutos del Guacabo Inc., el menú de la Cena Capmesina, así como las mesas de la organización Boricuá de Agricultura Ecológica y la Cooperativa Orgánica Madre Tierra, entre otros, formaban una feria ecológica colorida y variada.

‘Nos están matando a paso lento pero seguro. Es una muerte cruel’, dijo por lo bajo la agricultora de Las Abejas en Orocovis, mientras servía un vaso de jugo de guayaba. La mujer que durante toda su vida vendió libros usados, encontró en la finca de su compañero un nuevo espacio para habitar.

Ese regreso al campo lo notó Vázquez, que indicó que sobre todo muchas poblaciones jóvenes están partiendo de la ciudad a retomar las bases rurales. ‘Somos jóvene que decimos ‘demasiado concrete jungle», dijo.

El domingo, para continuar las actividades, se reunirán en la carretera PR-155, kilómetro 17.2 en Orocovis, en un recorrido por la finca de Edgardo Alvaredo, que lleva más de 25 años en producción agroecológica. Se hará trabajo voluntario para aprender técnicas de agricultura ecológica sin ningún tipo de químico sintético, comentó.

Reacciona Monsanto

En comunicación escrita, Monsanto dijo que ‘los herbicidas a base de glifosato son avalados por una de las bases de datos más extensas sobre la salud humana, la seguridad y el medio ambiente jamás compiladas en todo el mundo para un producto pesticida. Estudios toxicológicos exhaustivos repetidos en los últimos 40 años han demostrado, una y otra vez, que el glifosato no representa ningún riesgo irrazonable a las personas, el medio ambiente o los animales domésticos cuando se utiliza según las indicaciones en la etiqueta’.