Al tomar la determinación de destituir al juez Francisco Quiñones Artau de sus funciones por falta de temperamento judicial, el Tribunal Supremo ignoró determinaciones judiciales que le dieron la razón en las acciones por las cuales fue destituido.
El exjuez, quien juramentó a su cargo en 2007, fue asignado en 2008 al Centro Judicial de Arecibo como juez de una sala criminal donde permaneció durante 15 meses.
Su paso por la sala estuvo dominado por encontronazos con fiscales y policías, desembocando en un trío de querellas contra el Juez. Las querellas fueron por parte de un sargento que dirigió a agentes encubiertos de la División de Drogas en Arecibo, del exsuperintendente de la Policía, Héctor Pesquera, y del ciudadano Francisco Valdés Pérez, según el Alto Foro.
Quiñones Artau enfrentó ocho cargos disciplinarios por actuaciones parcializadas, medidasdesproporcionadas, conducta prejuiciada contra agentes de la División de Drogas y Armas, interferencia indebida, entre otros.
Sin embargo, el Tribunal de Apelaciones el año pasado validó las actuaciones del juez contra Valdés Pérez al sostener una determinación del Tribunal de Bayamón que desestimó con perjuicio una demanda de éste por continuamente desafiar órdenes de los tribunales.
En este caso específico de Valdés Pérez, Quiñones Artau había ordenado su arresto luego de que reiteradamente desobedeciera órdenes del tribunal de que buscara un abogado para llevar su demanda porque no estaba capacitado para defenderse por derecho propio.
Además de desobedecer sus órdenes, Valdés Pérez, radicó cinco demandas en diferentes tribunales sobre los mismos hechos.
Como resultado de unas acciones judiciales, Valdés Pérez se negó a entregar unos expedientes de casos que pertenecían al bufete de una abogada y a una cooperativa y, a su vez, optó por radicar varias demandas contra estos.
El exJuez Quiñones Artau le había solicitado que buscase abogado, debido a que presentaba argumentos escritos que no formulaban defensas objetivas, eran repetitivos y confusos y estaban cargados de contenido personal.
La Oficina de la Administración de Tribunales virtualmente ignoró los reclamos de Quiñones Artau de que ya el Apelativo le había dado la razón dos veces en sus acciones contra Valdés Pérez.
En cuanto a las querellas radicadas por el Sargento Víctor Quiñones y por Pesquera, el Tribunal ignoró que ambas fueron radicadas en diciembre del 2012 por actuaciones ocurridas en el 2009 y 2010 y que no fueron juramentadas al radicarse.
Las querellas de Pesquera y del Sargento también se radicaron luego que el Quiñones Artau sentenciara al agente encubierto Joel Núñez por perjurio y les imputara acciones ilegales a los fiscales por someter una moción de desestimación de un delito inexistente de perjurio. El Sargento juramentó su querella 30 meses después de haberla radicado.
La determinación del caso contra William Rodríguez en donde Quiñones Artau encontró en desacato por perjurio a Núñez, fue también sostenida por el Tribunal de Apelaciones en el caso KLCE2010-00973 y en dos ocasiones el Tribunal Supremo decretó un ‘no ha lugar’ al recurso de revisión CC-2011-1012 radicado por el Departamento de Justicia.
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