Cuando Felix Guerrero se convirtió en socio de dos conocidos medicos y un chef para abrir restaurantes en la isla no imaginó que la palabra ‘demanda’ formaría parte del menú.

El dueño de restaurantes, puertorriqueño que reside en Atlanta, demandó en el Tribunal Federal a sus socios por acciones ilegales, que incluyen apropiación ilegal e incumplimiento en cuanto al manejo de cuatro restaurantes que le ocasionaron pérdidas millonarias.

Guerrero solicita que el cirujano plástico Carlos Planell, su hermano Israel Planell, quien es dermatólogo, y el chef Israel Calderón, le paguen $6 millones en daños económicos y punitivos.

Según el documento, Guerrero es dueño del restaurante Latitudes inaugurado en el 2005, y Carlos Planell era un asiduo cliente con quien estableció una relación de amistad y eventualmente comercial.

Debido al éxito de Latitudes, Guerrero abrió otro restaurante en el 2008 con su socio Ramón Acosta llamado Kitchen. Planell insistió en que quería ser socio en el restaurante y le compró su parte a Acosta.

Guerrero puso el dinero para el equipo y la mano de obra. El restaurante, sin embargo, cerró en el 2010 y el demandante solo recuperó el equipo invertido.

A pesar de la mala experiencia con Kitchen, Planell y Guerrero decidieron abrir otro restaurante llamado El Isleñito y allí comenzaron las diferencias en cuanto al dinero invertido por Planell.

Para cuando El Isleñito estaba en proceso de convertirse en realidad, Planell exigió a Guerrero que abrieran otro restaurante en un local perteneciente a su hermano Israel Planell luego de amenazar con no continuar financiando El Isleñito.

No obstante, El Isleñito nunca pudo abrir al público porque Planell incumplió su promesa de financiamiento. Los hermanos Planell ofrecieron dinero para otra nueva empresa junto con Guerrero y otro socio. La participación de Guerrero se usó para comprar equipo, pero además el comerciante trajo equipo de Latitudes y de Kitchen.

Sin embargo, los hermanos Planell incumplieron su promesa de poner dinero para la nueva empresa, lo que obligó a Guerrero y a su socio a usar dinero de otro restaurante, La Atlántica, para financiar el nuevo restaurante que se llamó Tonny’s.

Eventualmente, Tonny’s quebró en el 2014. Guerrero y su socio perdieron $150 mil, al igual que sus inversiones en El Isleñito, debido a que los hermanos Planell incumplieron su promesa de inversiones.

Guerrero decidió abrir otro restaurante junto a su nuevo socio Calderón en el local de Israel Planell, que fue el mismo donde Tonny’s estuvo. El lugar se remodeló. Guerrero trajo equipo de Latitudes y de Kitchen, y compró equipo nuevo. Calderón pidió que su nombre fuese usado para el nuevo restaurante que se llamóCafé Calderón. Los hermanos Planell no invirtieron en la nueva empresa, así que Guerrero tuvo que sacar dinero de La Atlántica para financiar el proyecto.

Carlos Planell en el 2014 comenzó a desacreditar a Guerrero ante Calderón, los empleados y su hermano Jorge Rubén, que incluyó un intento de embargar el equipo del restaurante.Como resultado, Calderón y los empleados se fueron con Planell luego de que sacaran a Guerrero del proyecto. Calderón abandonó a Guerrero como socio y comenzó una campaña de descrédito ante los empleados de La Atlántica.

Calderón, sin conocimiento del demandante, entregó las llaves del restaurante. Los demandados se aprovecharon del hecho de que Guerrero se mudó para Atlanta, Georgia para tomar control de Café Calderón.

Según la demanda, Calderón se apropió de fondos y equipo de La Atlántica ilegalmente y los transfirió a Café Calderón.Como resultado de las acciones de los demandados en torno a los cuatro restaurantes, Guerrero alega que ha perdido en total $1 millón.

Demanda federal por restaurantes – NotiCel_13529