Más de 20 años tras las rejas por un crimen del que tres convictos siempre han clamado inocencia. Hoy, gracias a una nueva ley que flexibilizó el uso de evidencia genetica para revisar convicciones, Nelson Ortiz Álvarez, Nelson Ruiz Colón y Jose Caro Perez lograron su excarcelación bajo fianza en espera de un nuevo juicio.

Para entender el caso de Glorimar Pérez, hay que conocer una historia dos décadas en desarrollo. A continuación, un breve resumen en vídeo.

El 30 de julio de 1988, Glorimar Pérez Santiago se dirigía a las canchas de tenis de la Base Ramey cuando desapareció. Su cuerpo fue hallado en la playa Jobos de Isabela con tres impactos de bala, semidesnudo y con evidencia de agresión sexual.

El 17 de febrero de 1995, h allaron culpables a José A. Caro Pérez, Nelson Ruiz Colón y Nelson Ortiz Álvarez por asesinato secuestro, violación y robo.

Meses después, los convictos pidieron un nuevo juicio por primera vez basándose en que el único testigo, Luis Martínez Rivera, se había retractado. La solicitud fue denegada en apelación. En 2008 y 2012 quedaron denegadas otras dos solicitudes de nuevo juicio.

En mayo de 2016 y a mparados en una nueva ley que flexibilizó el uso de evidencia genética para revisar convicciones, se sometió otra solicitud de nuevo juicio que fue concedida y conllevó la excarcelación bajo fianza de los tres convictos.

Nuevas pruebas genéticas arrojaron que no se vincula a los acusados con lospantaloncillos con semen y sangre, papel, vello público, camisa polo, panties, pantalones cortos, y uñas con pelo recuperadas como evidencia en el caso. Todas las piezas mencionadas fueron usadas en el procesamiento judicial original.

‘[L]a investigación científica y la ausencia de ADN en la escena minan la credibilidad del testimonio vertido en el juicio’, concluyó el tribunal al conceder el nuevo juicio.