Varias familias del sector Rancho Guayama de Salinas consideran que enfrentan un calvario en sus hogares, debido a las toneladas de cenizas de carbón utilizadas para construir una carretera de acceso a sus hogares.

El material, regalado por Applied Energy Systems (AES) al entonces alcalde del pueblo, Carlos Rodríguez Mateo en el 2005, se adhirió al terreno y ha puesto en riesgo la salud de personas y animales. Se han reportado desde enfermedades en las vías respiratorias hasta la extinción de abejas y tortugas, problemas en la flora, y la disminución del agua de una quebrada que también está a punto de desaparecer.

‘Cuando llueve, como sucedió casi todo el mes de noviembre, todas esas cenizas van a parar al río. Ya no hay tortugas y cuando yo llegué aquí hace más de once años atrás, había tortugas y peces en ese río, las abejas se han ido, teníamos más de 12 colmenas que daban polen para que los árboles pudieran producir sus frutos’, lamentó José Maldonado Rojas, vecino del sector Rancho Guayama.

Este padre de cinco hijos, entre las edades de 22 a 14 años, mostró a NotiCel las cenizas expuestas en el pavimento tras las lluvias registradas en el país durante varias semanas consecutivas. Esto se convierte en dolor de cabeza para la comunidad, que hace malabares para recoger el material que llega a sus casas.

Con esto coincide el líder comunitario Ángel Luis Ramos, quien aseguró que las cenizas tocan las puertas de su vivienda.

‘Cada vez que llueve, la ceniza y la arena me llegan al frente del hogar y eso es terrible. Es bien tedioso que esta sea la única comunidad en el pueblo de Salinas que no tenga brea, pero la tuvo en un momento dado’, expresó.

Las cenizas también perjudican a otros sectores aledaños, como Hacienda La Julia y Brisas de Salinas que también recibieron el desecho.

Aun con el cese de las lluvias, las cenizas parecen no dar tregua. Los vecinos relataron que la situación empeora durante el tiempo de sequía, pues al secarse el terreno las cenizas se juntan con la gravilla del pavimento y ensucian el ambiente.

‘Lo cierto es que cuando está lloviendo no se levanta el polvorín, pero cuando llega la sequía de abril a junio, el polvorín es inmenso. Desde que llegaron las cenizas aquí, en cuaresma no se puede volar chiringas porque tenemos que estar en los hospitales’, aseguró Maldonado Rojas.

Maldonado Rojas confesó que no puede adjudicar su problema de asma a las cenizas de carbón solamente, ya que otros elementos le han afectado, sin embargo, ha notado empeoramiento desde la fecha en que las cenizas llegaron a la comunidad.

‘Tampoco se puede salir afuera con la familia porque estamos todo el tiempo enfermos, tanto los muchachos como uno y los mismos animalitos. Se enferman hasta los perros y las gallinas, todo el mundo’, añadió.

En esa línea, Ramos mencionó que la salud de su esposa ha desmejorado debido a las cenizas.

‘Yo llevo poco tiempo expuesto al área de las cenizas, pero mi esposa lleva muchos años aquí y en ocasiones tiene problemas para respirar. Aquí se afectó la flora, la fauna, todo lleno de cenizas’, resaltó.

Algunos vecinos de Rancho Guayama aseguran que en algunas calles se depositó más de un metro de cenizas de carbón.

‘El camino tiene dos pies de cenizas debajo de la gravilla y la brea está abajo, porque la brea no estaba tan mala. Había unos orificios que se pudieron arreglar, pero tiraron las cenizas con el compromiso de una vez se culminara con las cenizas y la gravilla, venía la brea, lo que nunca llegó’, relató Maldonado.

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