La designada superintendente de la Policía, Michelle Hernández, habló el martes sobre la capacitación y preparación de los agentes ante el caso de un oficial que se suicidó la noche del lunes en el estacionamiento del Cuartel de Aguas Buenas.

‘Eso tiene varias dimensiones. Quiero empezar con la dimensión psicológica ante la situación que tuvimos ayer (lunes). En estos últimos cuatro días hemos finalizado la orden general que va a establecer un programa de ayuda al empleado para poder ser más proactivos y prevenir situaciones como la que ocurrió anoche’, dijo Hernández a preguntas durante la vista de confirmación de su nombramiento.

Indicó que el programa estableció parámetros con trabajadores sociales y psicólogos para manejar este tipo de casos y desarrollar una cultura para que los agentes no se cohíban de recurrir a solicitar ayuda.

El agente Oreste Rivera Mateo de 47 años y residente de Aguas Buenas se suicidó cerca de las 9:45 de la noche del lunes en el estacionamiento del cuartel de Aguas Buenas en la calle Sargento Ramón Reyes Rosa Final. El oficial estaba dentro de un auto Mitsubishi y se privó de la vida con su arma de reglamento.

Rivera Mateo prestaba servicios en el mismo cuartel donde se quitó la vida. Estaba casado con la agente Gladys Rivera Díaz, quien está asignada a la División Seguridad y Protección del Área de Caguas. El matrimonio había procreado tres hijos de 23, 22 y 12 años.

De otra parte, Hernández dijo que ‘el Acuerdo (para la Reforma Sostenible de la Policía de Puerto Rico) nos ayuda en la parte de la capacitación. Muchas de las críticas en la Policía es la falta de supervisión y una de las partes que se hace hincapié es desarrollar perfiles de los diferentes rangos para poder poner métricas y evaluar mejor el desempeño del policía, especialmente a los niveles de supervisión’.

Mencionó otras áreas como el de aptitud física como parte de los servicios de ayuda para los agentes.