En su sermón, el sacerdote hizo un llamado al gobernador Pedro Pierluisi a ''hacer justicia a los oprimidos y dar pan a los hambrientos''.

El padre Pedro Ortiz, hizo un llamado al gobernador para que haga ''verdadera justicia a los oprimidos y a ''dar pan a los hambrientos'' en medio de la difícil situación que enfrenta el país tras el paso del huracán Fiona.

En su homilía del sábado en la parroquia Santo Cristo de la Salud, en Comerío, el sacerdote describió como ''un huracán social'' lo que vive Puerto Rico, ante la falta de energía, agua potable y servicios básicos tras el azote del fenómeno atmosférico, que hizo revivir las penurias que vivió la isla cinco años antes, luego del impacto de los huracanes Irma y María.

“Puerto Rico ha vuelto a llamar la atención en otras tierras y naciones pero, otra vez, por el desastre que está viviendo. La devastación de nuestros campos agrícolas destrozados, la furia de inundaciones que destrozan los hogares de muchas familias, la falta de energía eléctrica y de agua potable, la amenaza de que no lleguen los suministros de combustible y se paralicen hospitales, comercios e instituciones, en fin, Puerto Rico, zona de desastre mayor", dijo Padre Pedro en su sermón.

''De nuevo, quejas por dondequiera sobre la falta de compasión del Gobierno, sobre el intento de manejar la crisis con criterios de 'propaganda política' y no de la 'buena ingeniería', y sobre la repetición de las mentiras y las manipulaciones para tratar de hacer creer que se está haciendo todo lo posible, cuando acá abajo lo que se vive es el efecto de la crueldad'', agregó.

Dijo que el desprecio por las necesidades de la inmensa mayoría, que vive en la pobreza, quedó más que retratada cuando miles de trabajadores veteranos de la industria eléctrica se ofrecieron para ayudar a levantar el país y el Gobierno y la compañía privatizadora LUMA ''descartaron la oferta con una actitud de desprecio arrogante''.

Destacó el daño que ha provocado a miles de familias que, según indicó, se toparon otra vez con la “sordera de los engordados de fortunas, que se creen muy seguros en sus camas de marfil y bebiendo vinos caros''.

''Confían en sus riquezas mundanas y en que los pobres sólo sirven para llevar las cargas pesadas y después, que los parta el rayo del huracán del Caribe", destacó.

''Lo peor que he visto es que esos que se sobre confían en que están arriba, pretenden que la Iglesia bendiga sus desmanes y que se tuerza la palabra del Evangelio para que sus abusos sean condonados, para que los sacerdotes proclamen la falsa paz de que el pobre soporte el abuso del rico y del saqueador extranjero... Cuidado con tratar de disfrutar su propia “felicidad”.

Ortiz fue más allá al subrayar que el verdadero huracán devastador que ha causado tanta desolación es el “huracán social”.

''Ese que cinco años después de los huracanes Irma y María, usó el tiempo para urdir tramas de privatización y desplazamiento. El verdadero huracán es el de la manera en que se ha incrementado la falta de protección de las costas y los recursos naturales, ese de tanta injusticia provocando más y más pobreza, que ha llevado a muchos miles de puertorriqueños a emigrar a otras tierras", acotó.

Dijo que lo que está pasado en Puerto Rico no es distinto de la tragedia que hoy se vive en mucha partes del mundo ''bajo la bota del enriquecimiento salvaje de unos pocos'' e hizo un llamado a las personas ha mantener la esperanza.

''Señor Gobernador, por encima de los criterios de poder mezquino y empresariales le invito en nombre de Dios a hacer verdadera “justicia a los oprimidos, a dar pan a los hambrientos”, a ser fiel a nuestro pueblo que sufre más allá de la férrea defensa de las dinámicas empresariales. Haga un esfuerzo más por responder junto nosotros a la voz de Dios que sigue hablando a través de los acontecimientos de cada día”, concluyó.