Disfrutan de chorros de agua fría en la carr. 10

La alegría que llevan tres robustos chorros de agua fría en la entrada de Utuado es suficiente para hacer que los vecinos del área se olviden del desastre que dejó el huracán María sobre el municipio, uno de los más afectados.

Almacenan esa agua en recipientes grandes montados en una camioneta, se sientan en sillas de playa a lavar ropa en cubos y cajas de plástico y hasta se bañan bajo el sol ardiente del mediodía. Todo esto, en el paseo de la carretera 10, donde miles de carros pasan a diario y se detienen para ver la escena, que parece una mezcla del pasado y el presente.

Aunque el agua ha llegado a pocos sectores de Utuado, a muchos se le hace más fácil estacionarse cerca de los chorros y dedicar unas horas para tareas de domicilio que ya no pueden hacer en sus casas. Algunos por falta de agua, otros por falta de hogar.

‘Yo perdí mi casa y las cositas de la casa, pero estamos bien y eso es lo importante’, contó a NotiCel Awilda Rivera Martínez, mientras se lavaba el pelo. Ella reside en la Barriada Nueva – ubicada en el casco urbano de Utuado – y perdió su techo, su cuarto, el cuarto de sus hijas y su sala por las crecidas de las quebradas aledañas y que recorren las orillas del pueblo.

‘Ah claro yo vine temprano, lave ropa y ahora me estoy lavando el pelo’, dijo y añadió que tambien se lleva agua para cocinar y para el baño de la casa de su madre, donde pasó la tormenta y donde ahora se está quedando en lo que FEMA atiende su solicitud.

Tal como Awilda y su hija se bañan felizmente en el paseo, Luz Maldonado se acercó a este medio para preguntar, ‘¿Por dónde salen estas noticias? ‘. ‘Por internet’, le indicamos. ‘A pues no me preocupo que me va a ver todo el mundo’, dijo riendose.

‘Mira la familia mía no sabe de mí, pues ahora me va a ver’, añadió. ‘¿Y que les quiere decir?’, le preguntamos. ‘¡Que estoy bien, que estoy aquí disfrutando con mis amigas!’, dijo en referencia a otras dos mujeres que tambien se bañaban en el mismo chorro.

En otro chorro se sentaba Carmen Lugo en una silla de playa con un cubo lleno de ropa con agua y jabón de frente. Su hija exprimía la ropa mientras ella la restregaba en el cubo.

‘Nos ayudamos porque esto es en equipo. Lo hacíamos en casa, pero como aquí es más fácil. Hay más agua’, expresó.

Una camioneta llegó y se estacionó cerca del chorro donde Awilda se lavaba el palo y empezó a llenar unos envases altos y azules que cargaba. El conductor, Víctor Cruz, dijo que venía, ‘todos los días, por la noche venimos, pero es que nosotros cogemos para los vecinos tambien’.

‘Esto se llena por aquí por las noches. La gente viene a bañarse y viene a lavar ropa. Se llena brutal. Esta agua, lo que pasa es que esta agua es bien limpia porque a esto le habían hecho unos análisis y había salido las aguas más limpias porque esto es piedra caliza y una corriente subterránea del río Tanamá. Estas son corrientes del río Tanamá’, explicó en referencia a las frías aguas que disparaban los chorros directamente a sus contenedores.

Aún confiando en la pureza del agua, Víctor resaltó que no es seguro beber esa agua. ‘Para beber no porque uno no sabe. Pero bañarse, para fregar’, dijo.

Víctor movió su camioneta, para dar paso a la camioneta de Tomás Corraliza, un hombre mayor de edad que llegó a llenar sus envases tambien. Viene cada dos días, ‘si no llueve’, para buscar el líquido a sus familiares en la barriada San Jose y San Alberto.

‘Le llevo a la hija mía y entonces voy a San Alberto ahora a llevar un dron. Y como hay más gente que pide, pues de la que sobre le doy’, explicó Tomas.

Estas interacciones se dieron como parte de una expedición que hizo NotiCel para llevar suministros a los utuadeños damnificados por el paso del huracán María. Luego de hablar con ellos, todas las personas que acudieron a los chorros recibieron suministros por parte de nuestro equipo de Ventas y Editorial.