Escoltado con varios guardias correcionales, Pablo Jose Casellas Toro, convicto por el asesinato de su esposa Carmen Paredes Cintrón, llegó en la noche del lunes al Hospital Psiquiátrico Correccional, ubicado en Río Piedras.

Casellas fue trasladado por su estado de ansiedad ante la cercanía de su vista de sentencia el jueves en el Tribunal de Bayamón, la cual sería televisada. En la institución será ubicado bajo observación 24 horas, según publicó en exclusiva NotiCel.

El corredor de seguros, de 49 años, llegó a las 7:55 de la noche a la institución psiquiátrica en una guagua blanca del Departamento de Corrección y Rehabilitación, se bajó y no emitió ningún tipo de expresión.

El hijo del juez federal Salvador Casellas vestía el uniforme correccional, color crema, y estaba esposado de manos y pies.

Su salida del vehículo fue rápida y tres agentes correccionales ayudaron a bajarlo bajo estrictas medidas de seguridad. NotiCel pudo captar que dos de los guardias tenían escopetas en sus manos.

Más temprano, el abogado de defensa, Harry Padilla, dijo a este medio digital desconocer el traslado de su cliente al hospital psiquiátrico. Mientras, César Fiallo, portavoz de Corrección, no confirmó ni negó la información.

En la tarde fuentes de NotiCel, ya habían confirmado que trasladarían a Casellas desde la cárcel 501 de Bayamón al Hospital de Psiquiatría Correccional que opera la privatizadora Correctional Health Services en Río Piedras.

‘Cuando lo examinaron él estaba ansioso. Fue a visitar al médico (en la cárcel) y lo encontraron sumamente ansioso, aparentemente porque tiene una vista pública televisada (el jueves). Está siendo trasladado a petición del médico que lo examinó y entendió que debía de estar bajo vigilancia de una enfermera 24/7’, explicó una fuente interna sobre los motivos del traslado.

Explicó que una persona que tiene tendencias suicidas tiene que estar bajo observación 24 horas al día y en la cárcel no hay dichas facilidades por lo que se le transporta al hospital. Indicó que a su llegada a la institución sería evaluado por un médico, psiquiatra o psicólogo, y puesto en una celda en solitario en donde pueda estar bajo dichos parámetros de vigilancia. Estimó que su estadía en Psiquiatría Correccional, que no está hecho para estadías largas, sólo sería de 24 a 48 horas, y que luego Casellas sería devuelto a la 501 en Bayamón. Asimismo estimó que Casellas irá a su vista de lectura de sentencia que está pautada para el 6 de febrero.

‘Él no está incapacitado’, sostuvo e indicó que la medida también es una preventiva precisamente para asegurar su comparecencia.

De otro lado, el Departamento de Corrección y Rehabilitación (DCR) se expresó sobre el traslado en declaraciones escritas.’La posición de la agencia es que por Ley HIPAA no se puede dar información sobre la salud de cualquier confinado. Sobre el traslado de cualquier confinado dentro del sistema correccional por razones de seguridad no vamos a confirmar, ni a negar la información’, dijo el portavoz del DCR,César Fiallo

Por su parte, dos de los abogados de defensa de Casellas, Arturo Negrón y Harry Padilla, negaron el traslado de su cliente e indicaron en horas de la tarde que éste se encontraba en la 501 de Bayamón.

Mientras, el lunes un magistrado federal emitió una orden de arresto contra Casellaspor ofrecer declaraciones falsas a agentes del Negociado Federal de Investigaciones en relación al alegado ‘carjacking’. La vista inicial para el caso federal estå pautada para el viernes 7 de febrero, pero tendría que ser reprogramada por la misma razón que la vista de lectura de sentencia.

El pasado 22 de enero el jurado local encontró a Casellas culpable del asesinato de Paredes en junio de 2012 el cual estremeció al país por la forma en que la mujer fue ejecutada en su residencia y por tratarse del hijo del juez Casellas. En decisión 11-1 el panel deliberativo encontró culpable al corredor de seguros de 49 años de todos los cargos: asesinato, acusaciones de violación a la Ley de Armas, destrucción de evidencia y por informar falsamente la comisión de un delito.

*En esta historia colaboraron Oscar Serrano, Omaya Sosa, y Manuel Ernesto Rivera.

*Publicada originalmente a las 5:59 p.m.