Su encomienda la hizo ‘de corazón’

Mientras muchos temían las repercusiones que podrían sufrir por arrojar luz a la investigación sobre el asesinato de dos jóvenes independentistas en el Cerro Maravilla, Arnaldo Roche se dio a la tarea de elaborar los bocetos que demostrarían lo ocurrido aquella tarde del 25 de julio de 1978.

‘En aquel momento simplemente se trabajó de corazón y ya consciente de que soy un buen artesano’, expresó Roche, quien confesó que aceptó la encomienda más por ingenuidad que cualquier cosa.

Esa tarde de julio los jóvenes independentistas Arnaldo Darío Rosado y Carlos Soto Arriví fueron guiados por el policía encubierto Alejandro González Malave al tope de la montaña en Villalba donde se disponían a colocar un explosivo en una torre de transmisión televisiva como un acto político a favor de la independencia. Fue ahí donde fueron emboscados por agentes de la Policía, arrestados, desarmados, torturados y finalmente ejecutados.

‘Para mí no fue escondido. Tenía que amanecerme como me amanecía para hacer un proyecto de la Escuela de Arquitectura’, informó Roche sobre el trabajo que le dio el investigador Hector Rivera Cruz.

‘Mis personajes no se convirtieron ni en monstruos, no se convirtieron en sarcasmos o insinuaciones […] Mis imágenes simplemente iban paralelos a la investigación’, recalcó el hoy reconocido pintor quien recientemente fue reconocido por la comisionada residente, Jenniffer González.

Los bocetos de Roche detallaban los hechos como los presentó un testigo ocular de Rivera Cruz. Las imágenes fueron utilizadas por el fiscal al momento de presentar su evidencia en el foro federal.