La legisladora María de Lourdes Ramos Rivera criticó a gritos que el legislador Juan José Santiago Nieves haya llegado hasta el Capitolio para votar por el presupuesto.

La sesión de la Cámara en la que esta noche se aprobó el presupuesto terminó a gritos cuando la representante del Partido Nuevo Progresista (PNP), Lourdes Ramos Rivera, acusó a gritos que el legislador del Partido Popular Democrático (PPD), Juan José Santiago Nieves, había llegado hasta el hemiciclo a votar pese a que supuestamente está contagiado con covid-19.

El reclamo a gritos comenzó poco antes de la votación, pero continuó después, mientras algunos representantes echaban alcohol a sus butacas y escritorios, y otros señalaban que ya no podían usar el ascensor ni la máquina de café porque Santiago Nieves había estado ahí.

Ramos Rivera se quejó ante el presidente de la Cámara, Rafael Hernández Montañez, de que «yo soy una persona de riesgo, lo mismo que mis colegas Yashira Lebrón (Rodríguez) y Ángel Bulerín Ramos».

Agregó que «ahora no podremos usar el elevador… Esto no puede ocurrir. Se debió activar el protocolo del covid-19 en la Cámara. Aquí hay un protocolo de salud. Y esto se da por un voto, en una votación inoperante».

La legisladora se refirió así a la presencia de Santiago Nieves, quien habría llegado al hemiciclo de la Cámara, al parecer, contagiado con covid-19 solo para votar a favor del presupuesto, considerando que a «Tatito» le faltaba un voto para poder aprobar la medida.

No está confirmado que el político esté contagiado, pero sí había trascendido durante la tarde que estaba en aislamiento.

De igual forma, una vez se llevó a cabo la votación, Santiago Nieves no fue visto más en el hemiciclo de la Cámara.

Frente a las acusaciones, Hernández Montañez, desde la testera, le gritó a la representante que «usted no tiene prueba alguna» de que Santiago Nieves esté contagiado con covid-19.

Ante la respuesta de «Tatito», la política del PNP lanzó: «¡No hay evidencia, pero ahora vienen a limpiar!».

Y minutos después, aparecía un hombre de blanco, completamente cubierto, listo para asperjar químicos contra el coronavirus.

La prensa apostada en el lugar también debió abandonar el hemiciclo.