La muerte del exsecretario de Salud, Johnny Rullán puso atención general sobre el mieloma múltiple, un tipo de cáncer que es desconocido por muchas personas.

El mieloma múltiple es un cáncer de las células plasmáticas que se encuentran en la médula, el tejido esponjoso que está en el interior de los huesos.

Este padecimiento hace que las células cancerosas se acumulen en la médula ósea, donde desplazan a las células sanguíneas sanas. En lugar de producir anticuerpos útiles, las células cancerosas producen proteínas anormales que pueden causar complicaciones.

Los signos y síntomas del mieloma múltiple pueden variar y, al comienzo de la enfermedad, puede que no haya ninguno. Sin embargo, cuando se reflejan, pueden incluir dolor en los huesos, especialmente en la columna o el pecho. También se pueden presentar náuseas, estreñimiento, pérdida de apetito, confusión mental, fatiga, infecciones frecuentes, pérdida de peso, debilidad o entumecimiento en las piernas y sed excesiva.

No está claro qué causa el mieloma. Sin embargo, se sabe que comienza con una célula plasmática anormal en la médula ósea y la célula anormal se multiplica rápidamente.

Las poblaciones que pueden presentar mayor riesgo incluyen aquellas personas en edad avanzada, ya que la mayoría de las personas diagnosticadas están en los mediados de los 60 años. Además, los hombres tienen más probabilidades de desarrollar la enfermedad que las mujeres. También colocan a las personas de raza negra con el doble de probabilidades de desarrollar la enfermedad, así como aquellas que tienen antecedentes familiares del padecimiento.

Hay muchas opciones de tratamiento y ellos dependerán de cuán buen candidato sea el paciente a un trasplante de médula ósea. Esto depende del riesgo de que la enfermedad avance, de la edad y de la salud en general.

Aquellos pacientes que son candidatos para el trasplante de médula ósea, es probable que la terapia inicial consista en una combinación de tratamientos, como la terapia dirigida, la terapia biológica, los corticoesteroides y, a veces, la quimioterapia. Quienes no sean candidatos para el trasplante, pudieran recibir quimioterapia combinada con corticoesteroides, terapia dirigida o terapia biológica, según la Asociación del Cáncer.