Brasil no vino a comer cuento. Perdió, contra el bicampeón del mundo, claro está, pero jugó como si fuese una potencia mundial.

Japón tuvo que necesitar todo el apoyo de las más de 28 mil almas congregadas en el Domo de Fukuoka para sacar el partido, 5-3, luego de caer abajo 3-2 en la quinta entrada gracias a un doblete impulsador del brasileño Leonardo Reginatto, un prospectazo de los Rays de Tampa Bay.

Los japoneses, que no cuentan en su alineación con las grandes figuras de Grandes Ligas que dieron lustre a sus campeonatos de 2006 y 2009, tuvieron que mover sus fichas para evitar caer ante Brasil.

De hecho, fue el bateador emergente Hirokazu Ibata quien salió del banco para empatar el partido con un sencillo hacia el jardín derecho que impulsó carrera en los pies de Seiichi Uchikawa desde la intermedia.

Ibata luego anotó desde tercera en una jugada de selección para darle la delantera a Japón y, remolcado por un sencillo de Nobuhiro Matsuda, Hisayashi Chono marcó la quinta anotación para los nipones.

Brasil debuta en el Clásico Mundial de Béisbol tras sorprender a Panamá y Colombia en las clasificatorias para el certamen. Los brasileños son dirigidos por el ex Grandes Ligas, Barry Larkin, quien hace unos años fue exaltado al Salón de la Fama.