El 'party' democrático
El panorama que diviso al trabajar en la vida nocturna en Puerto Rico, en ocasiones me acuerda al colorido que pinta la serie de HBO The Wire, en la que se pueden apreciar los lazos estrechos entre los mundos variados que componen a una ciudad: el mercado negro, el brazo de la ley, el sistema educacional, la clase artística, el cuerpo laboral, la élite…
Desde el mirador casi omni-vidente que compone la cabina/esquina/tarima del DJ, he podido advertir todo tipo de intercambio entre personas que bien pudieran surgir de rincones opuestos del espectro social, pero que se encuentran en el bar o la pista de baile debido, de buenas a primeras, a su compartida sed de compañía en el entorno y con la banda sonora particulares de ese lugar, esa noche.
De mis guisos fijos, quizás el que más demuestre esta variedad de pariseros sea El Party de los Lunes, en La Respuesta, en Santurce. Hoy por hoy, esta fiesta es básicamente la máxima celebración semanal de la música hiphop y sus géneros allegados (R&B, dancehall, clásicos de house, funk, soul) en el área metro de la Isla, y la principal (quizás única?) oferta nocturna para los lunes; y por consiguiente, atrae un feliz menjunje de fiesteros que bien pudieran representar casi todos los eslabones de la cadena humana que compone nuestra vida urbana caribeña.
Allí he visto desde turistas internacionales hasta bichotes caserianos; desde rockeros coleccionistas de tatuajes, hasta notorios jangueadores de la escena de electrónica, con todo y gafas de sol puestas; desde oriundos de nuestras vecinas Antillas Menores que viven y/o estudian en PR, hasta reconocidas modelos de pasarela locales; desde b-boys hasta biciculturistas. Allí ha jangueado Tito Kayak, Roberto Roena, Zoe Saldaña, De La Ghetto, Richie Flores, Tito Trinidad, Mexicano, Idris Elba, Vicente García, Tego Calderón, los Islanders. Y ni se diga los que han compartido los platos y amenizado conmigo a lo largo de los años: DJ Adam, DJ Davey, Tony Touch, Talib Kweli, Geko Jones, Toy Selektah de México, DJ Eleven, DJ Gulembo, Crazy Legs y Popmaster Fabel de Rock Steady Crew, DJ Leydis de Cuba… la lista continúa.
Quizás la fiesta se distancie de The Wire en que, hasta el día de hoy (toco madera)—a diferencia de otros antros de tamaño y envergadura similares pero con ofertas musicales y ambientales diferentes, y en contra de los prejuicios usuales para con los fanáticos de estos géneros musicales y con la vida nocturna en general—estos encuentros tan heterogéneos no han terminado en ninguna tragedia ni siniestro, aparte de la normal, momentánea y tonta pelea entre ebrios (y ello hasta ha sucedido con poca frecuencia—como dos al año, y cuida'o). Al contrario: hasta donde sé yo, todo el mundo ha sabido disfrutar de ese party tranquilamente y con una sonrisa.
Lo curioso es que, por más pacífica, concurrida y variada que sea esta fiesta y su oferta musical, he escuchado de un buen número de personas con las que me he topado por ahí que ya no van porque sienten que el party 'se dañó'. En buen boricua, esto equivale a decir una de dos cosas, que al final apuntan a una sola: o comenzaron a poner reggaetón en dicho party, o ahora se llena de 'cacos'. Y como allí no se toca reggaetón los lunes, ya sabemos de qué estamos hablando.
Para mí, este tipo de queja está fundamentado en un clasismo quizá inconsciente, pero no obstante peligroso. Siempre respondo: 'Pero, te ha pasado, o has escuchado que haya pasado algo malo allí?' Ellos, sin falta: 'No.' Entonces? 'Viste, es que con tanto bichote allí, cualquier día puede pasar, y no quisiera que me tocara cuando estoy yo allí.' Pero, no está comprobado ya—lamentablemente—que en PR los badtrips de esta índole pueden ocurrir en cualquier lugar y a cualquier hora? Y en todo caso, dejando aparte esta triste paranoia resignada de nuestra realidad boricua, qué les daría a pensar que tiene que suceder allí? La forma de vestir, hablar y desenvolverse entre ellos? No hay suficiente seguridad en todo el lugar, visible y accesible, como para que sientas que cualquiera que se propase, es pa'fuera que va—lo cual ha quedado demostrado ya en varias ocasiones?
A mi parecer, lo que le incomoda a estos interlocutores es que muchas de las caras del pueblo de PR, y no necesariamente el club de jangueadores pudientes al que están acostumbrados, les quedan retratadas y encarnadas demasiado de cerca. Sí es cierto que el gentío que frecuenta la fiesta ha cambiado desde que yo comenzara a musicalizar las noches de los lunes hace diez años en Aquí Se Puede en el Viejo San Juan, y luego en Café Seda, y luego en Rumba. Pero este tipo de cambio es inevitable, en especial a la medida que un evento semanal va creciendo y adquiriendo popularidad, particularmente como un ambiente que (orgullosamente lo digo) acoge a cualquiera. Y aparte, si me lo preguntas a mí, tu uso de la palabra 'caco', a'lante, hace que tu prejuicio se caiga de la mata.
Ahora bien: tampoco es que yo me ciegue ante la realidad de que existen personajes que asumen al pie de la letra el rol de 'caco'. Hay de todo bajo el sol: quienes se viven una película, quienes carecen de anger management, y quienes cojean de lagunas tan hondas en su vida y auto-estima que sólo logran devolverle al mundo comportamientos tristemente antisociales. (Y qué decepcionante, cuando estos personajes te hacen quedar mal luego de que intentes defenderlos! Me recuerda a la esperanza que siento, cuando escucho la noticia de algún crimen, de que el sospechoso no sea negro, o [gulp] dominicano. Qué decepción cuando el criminal resulta ser una de las dos cosas—o peor aún, ambas!)
Sin embargo, yo no me siento en la posición de determinar quién 'se merece' escuchar lo que yo considero buena música, o disfrutar de un buen ambiente. Para mí, éste figura entre los derechos más fundamentales de todo ciudadano. Y en todo caso, desde mi mesa de DJ, he visto cada 'guaynabito' cometer cada puercada, y cada 'caco' pasarla bien, en baja, entre los suyos. Y viceversa. Quien no crea esto, supongo que se creerá que la gente pobre es pobre porque quiere, y me imagino que aplaude algunas de las sandeces que dice Newt Gingrich en los debates republicanos. A diferencia de ellos, yo los invito los lunes a La Respuesta comoquiera—paguen la entrada y consuman. Ellos lo verán como un precio para su disfrute merecido. Yo, como un impuesto necesario al 1% cultural.
*NotiCel le da la bienvenida a nuestro equipo de blogueros a Velcro, uno de los pilares de la música joven puertorriqueña. De madre dominicana y padre mexicano, Andrés 'Velcro' Ramos se crió en Santurce y completó estudios universitarios en Harvard. Desde hace una década mantiene el programa especializado en hip hop, Hip Hop Vox, en Radio Universidad 89.7 FM, que se transmite todos los sábados de 7:00 a 9:00 PM. Recientemente, debutó en el cine como protagonista del filme La Hija Natural, que compitió para los Oscares por República Dominicana, y presentó su proyecto de banda en vivo, denominado Lado V. Además, se presenta fijamente desde hace años en La Respuesta con 'El party de los lunes' y en Pal Cielo los domingos con su 'Party después de la playa', ambos en Santurce.