Hola, soy Carlotta aunque entre sábanas, paredes, muebles y cocinas me conocen como La Mata Hombres. Estoy aquí porque dicen que soy una ninfómana. Sí, supongo que soy un ser raro al cual le gusta disfrutar del placer en exceso y por ello necesito ayuda profesional.
Así me presenté hace unas semanas cuando, por órdenes de mi doctor de cabecera y mi psicóloga, asistí por vez primera a las terapias grupales de Sexo Adictos Anónimos en una sede de la antigua capital sureña. Y como era de esperar, la mayoría -o mejor dicho, todas- allí éramos mujeres.
Claro, no porque tratar de satisfacer el libido sea un deseo exclusivo de nuestro género. Más bien porque a nosotras las mujeres siempre se nos ha criminalizado y reprochado por manifestar nuestra sexualidad.
Nos acusan de ninfómanas. Y a ellos, a los hombres, les cuestionan su masculinidad si no se las guillan de ‘machos’ y satisfacen sus necesidades con cuantas mujeres deseen. Pero, y si nuestro deseo no fuera igual que el de ellos, quienes le resolverían a los hombres heterosexuales?
Han concluido mis profesionales que, particularmente, mi entrega al sexo casual con desconocidos es, sin duda, una enfermedad. Dicen que es un trastorno psicológico, seguí revelando ante aquella pequeña multitud de anónimas que compartían historias similares pero que en instancias sentían culpabilidad por sus acciones.
Por favor, quién no ha tenido seis horas ininterrumpidas de coito? Es normal, y más cuando estrenas una nueva pareja en la intimidad; el acto sexual es una de las maneras más saludables de conocerse bien y establecer confianza.
Aún así debo confesar que por los tabúes y mitos que giran en torno a la sexualidad, no fue hasta casi media década después de haberme estrenado que me la empecé a disfrutar a plenitud. Desde entonces, me liberé, he sentido gran curiosidad y, como algo casi innato, busco saciar mi ‘adicción’ con nuevas experiencias continuamente.
Durante días lluviosos es muy rico y en la noche también. Antes de almorzar resulta placentero y en las mañanas es perfecto para despertar.
Dejémonos de cosas y celebremos en exceso, entonces a las Ninfas, deidades griegas de los bosques, las aguas y los campos, y a los hombres Satiriacos.
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