A pesar de los feos que son, el sapo es un animal extremadamente atractivo para un perro, sobre todo si el perro es cazador o tiene ese gusto. El problema es, que esta relación puede ser fatal para nuestra mascota.
Los sapos tienen un mecanismo de defensa, en el cual liberan una toxina a través de su piel cuando se sienten agredidos. Esta toxina estimula secreciones de las mucosas (saliva), fibrilación ventricular e hipertensión.
Estos anfibios son más activos en las épocas calurosas del año con elevada humedad, salen a los patios en la noche a alimentarse y ahí es cuando los perros los cazan, sobretodo perros que duermen afuera o salen a hacer sus necesidades.
Los sapos son omnívoros, comen insectos y se interesan por las fuentes de alimento y agua de los perros. Es en ese lugar, donde son más susceptibles a ser atacados por la mascota.
Un perro intoxicado por sapo va a presentar los siguientes signos clínicos: salivación profusa, encías bien rojas, temblores, convulsiones, vómitos, diarreas profusas, desorientación, aparente ceguera, colapso, dificultad para respirar, arritmia cardiaca y finalmente muerte.
Mientras más en contacto esté la mascota con la toxina, mayor es el riesgo de sufrir todos estos signos y finalmente perecer. Perros grandes, tienen mayor oportunidad que los pequeños a sufrir intoxicaciones leves.
Lo que debemos hacer si nuestra mascota se expone a la toxina de un sapo, es inmediatamente lavar bien la boca con una manguera sin que el perro trague agua, mientras frotamos las encías para limpiar lo mejor posible la toxina de 5 a 10 minutos. Luego, acudir urgentemente a la clínica veterinaria más cercana para que la mascota reciba asistencia médica veterinaria.
Cualquier Médico Veterinario licenciado, conoce qué hacer exactamente en estos casos, y si la mascota llega a tiempo a la clínica, éste le administrara los antídotos y realizará los procedimientos adecuados para salvarle. Sin embargo, la probabilidad de sobrevivir depende de la cantidad de toxina que ingiera el perro y lo rápido que pueda ser atendido.
Lamentablemente, algunos perros que sobreviven esta experiencia no escarmientan. Al contrario, se hacen adictos a cazar los sapos, y pueden sufrir de estas intoxicaciones hasta más de dos veces.
Lo que podemos hacer para evitar su exposición nuevamente, es mantener la mascota dentro de la casa o estar atentos a la presencia de sapos en el área donde está el perro, y retirarlos manualmente del sitio. Es importante, no dejar fuentes de agua o alimento a nivel del suelo en el patio, para evitar que los sapos se acerquen. Y lo mismo aplica para otros animales, como por ejemplo, roedores.
*Espere la sección del Dr. Sosa los martes alternos al mediodía en Las Noticias Univisión. Puede contactar al Dr. Sosa a través de hospitalparamascotas.com; Hospital Para Mascotas en Facebook; hparamascotas@gmail.com; o el 787-292-0455.
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