El Purasangre más famoso en el mundo en la actualidad, casi no tiene sangre americana. Nueve de cada diez hípicos norteamericanos probablemente hacen un gesto de amargarura con la boca al oir su nombre y, en esta epoca, probablemente será poseedora del record de mayor victorias invicta hasta que los calendarios comiencen a marcar los 2100 años.

Su nombre es Black Caviar y es la velocista más brillante que ha visto el deporte en el último siglo, ganando todas sus 25 carreras, casi todas ellas en su país de origen Australia.

Lo que pasa con Black Caviar es que casi toda su campaña la ha realizado en hipódromos que no son precisamente los mejores escenarios para celebrar carreras, pero la yegua ha hecho todo lo que se le ha pedido durante cuatro temporadas.

Luego de ganar el TJ Smith Handicap en el hipódromo de Randwick en Sidney, su entrenador Peter Moody hizo el pronunciamiento el pasado lunes que la campeona no vería más acción en las pistas y ya tiene preparada un cita con el archifamoso invicto Frankel (una versión equina de Brad Pitt) ganador de 14 carreras clásicas por todo el mundo.

‘Creemos que 25 era un número bonito, y ya tiene un ‘date’ con el invicto Frankel, de acuerdo a sus conecciones’ comentó Moody mientras celebraba la victoria con el jinete Luke Luhan.

Black Caviar tiene un pedigree prácticamente desconocido a este lado de los océanos.

Su padre, Bel Sprit, es un hijo de Royal Academy, a su vez hijo de Nijinsky.

Su madre es una yegua de nombre Helsinge, nacida en Australia e hija del británico Desert Sun.

Probablemente por la poca cobertura que tiene el hipismo en ese lado del mundo, noticias de sus campañas nos han llegado esporádicamente, pero a diferencia de otros ejemplares con largas cadenas de victorias la yegua lo hizo frente a competencia abierta.

De haber debutado en un hipódromo de segunda categoría en el continente australiano hasta su triunfo en Royal Ascot el verano pasado la yegua dejó establecido ser uno de los mejores ejemplos de lo que es un atleta equino.

A diferencia de muchos otros, sus propietarios, luego de casi $8 Millones de dólares australianos, consideraron que ya era suficiente para la esbelta yegua que cautivó al hipismo mundial con su victoria en el ‘Diamond Jubilee Stakes’ de Royal Ascot para celebrar el cincuenta aniversario de reinado de Isabel de Inglaterra.

El que Black Caviar hiciera el viaje a Londres y derrotara a los mejores sprinters del mundo en dicha prueba dejó establecido su capacidad y salud, regresando a su patria a principios de este año.

Con la cercanía del la Triple Corona americana, nos sube la bilirrubina hípica y nos volvemos a sentir con ganas de expresar nuestro asombro ante la capacidad de estos animales que han sido parte integral de nuestra vida, a pesar que en Puerto Rico estemos viendo el deterioro del deporte a expensas de mantener un hipódromo sobreviviendo económicamente.

No se preocupen los que se sienten seguros que están haciendo lo apropiado.

Yo espero que quede público suficiente para poder disfrutar el deporte una vez este se tenga que reorganizar..