Un 'humilde' Von Trier regresa al Festival de Cannes
Siete años despues de haber sido declarado 'persona non grata' en el Festival de Cannes, el danes Lars Von Trier ha vuelto al certamen fuera de competición con un filme violento, provocador y en muchos puntos inmoral, pero bien recibido pese a sacar de la sala a algunos espectadores.
'The house that Jack built', protagonizada por Matt Dillon y Bruno Ganz, 'es en gran parte una caricatura o está escrito como tal', advirtió hoy el director en un encuentro con medios internacionales, incluido EFE.
Dillon encarna a un asesino en serie, un psicópata con trastorno obsesivo compulsivo, que discute con un misterioso Verge (Ganz), de cuya identidad no se dan pistas, sobre sus acciones y motivaciones.
El protagonista ve cada asesinato como una obra de arte, y Von Trier cuenta la historia desde su punto de vista y aprovecha ese enfoque para reflexionar sobre la creación o la muerte.
'Es refrescante tener a un personaje que pueda hacer todo, ir en casi todas las escenas contra su propio bien y que no le pase nada', señaló el cineasta, vetado en el festival desde que en 2011 afirmara durante la presentación de 'Melancholia' que entendía a Hitler.
'Nadie entiende a nadie, pero puedo ver a un hombre que está en la mierda, y entender eso es parte de la vida. En lugar de hacer de el un monstruo, ver lo cerca que estamos todos de ser asesinos en serie. La idea por supuesto es que debemos controlarnos y que la civilización y la democracia deberían ayudarnos', matizó hoy.
Superada la crisis con su regreso, el director dice sentirse bien acogido en esta 71 edición y llegar 'más humilde'.
'En parte gracias al programa que sigo contra mi problema con el alcohol, que te enseña a aprovechar el momento', confesó Von Trier, Palma de Oro en el año 2000 por 'Dancer in the dark' y autor tambien de filmes como 'Dogville' (2003) o 'Antichrist' (2009).
'The house that Jack built', dividido en cinco capítulos cerrados por un epílogo, era uno de los filmes más esperados este año, y estuvo a la altura de las expectativas, con escenas de violencia muy explícita que, especialmente en el pase de gala este lunes, muchos espectadores no pudieron aguantar.
'Si a todo el mundo le gusta has fracasado', destacó hoy el director, que consideró, en broma, que ser seleccionado fuera de competición forma 'parte del castigo' por su salida de tono.
Entre las muchas reflexiones lanzadas en esta última película llega a calificar de 'icónicos' los aviones de ataque alemanes de la Segunda Guerra Mundial, pero, consciente de que sus palabras se analizan al milímetro, pide no sacarlas de contexto.
'Por supuesto que es una provocación', añadió Von Trier, que admite haber realizado un filme muy personal, una suerte de 'testamento' a sus 62 años, con referencias evidentes a anteriores proyectos.
A Dillon le costó embarcarse, preocupado de llegar a rechazarse a sí mismo al verse en pantalla. Pero, al mismo tiempo, le pudieron las ganas de ponerse a las órdenes de 'un gran artista', de quien había recibido buenas referencias.
'Me decidí porque creo que es bueno sentirse incómodo. Empezar a pensar que lo sabes todo es peligroso', añadió sobre las dudas que le despertó un papel que más de un día le hizo llegar a casa llorando.
En la película tambien actúa Uma Thurman, una de las muchas víctimas de un personaje que actúa con frialdad y humor ácido, pero que en esa especie de psicoanálisis cinematográfico dota de profundidad al filme y consigue que, por momentos, la violencia pase a un segundo plano.