Ari Maniel habla de su amigo Esteban Lima.

Un ser humano de luz, de carácter afable y gran humildad. Era el tronco de sus amigos. Quien los impulsaba, les inyectaba las ganas de lanzarse tras lo soñado, quien les animaba en los momentos de tristeza.

Entre controlados sollozos y pausas para recobrar el aliento, el director puertorriqueño de cine, Ari Maniel Cruz, recordó así a su amigo y hermano Esteban Lima Lugo, de 42 años, quien se privó de la vida en la mañana del domingo en su residencia de la calle Abolición, de la urbanización Baldrich, en Río Piedras.

‘Esteban era un hombre bien especial. Era como lo mejor de todos nosotros puesto en una persona. Cada vez que nosotros teníamos una idea, un proyecto, una intención, estaba dos pasos adelante para hacerlo para nosotros. La solidaridad incondicional y la integridad… ese hombre era un tronco. No falló nunca’, dijo Cruz a NotiCel.

En una publicación colgada en su cuenta de Instagram, otro de sus grandes amigos, el tambien director puertorriqueño Israel Lugo reveló que Lima Lugo le había confesado atravesar una depresión severa, y le solicitó que fuera reservado. Lugo lamentó en su escrito haberle hecho caso, pues ahora debe lidiar con su partida terrenal. Ari Maniel, sin embargo, dijo que su amigo era siempre quien lo sacaba de sus momentos de mayor tristeza.

‘El que tiene rollos emocionales soy yo. Él es el que me cura, el que me sacó de mi tristeza. En estas últimas semanas, que estábamos manejando sus sentimientos, y lo expresó, porque el era maravilloso, era el tipo más expresivo y más recto, el que te decía las cosas mirándote a los ojos… nunca se guardaba nada. La sinceridad siempre iba por delante. Habló conmigo y estábamos bregando con los procesos de la vida… pero… al reves’, dijo tratando de controlar el llanto.

Lima Lugo y Cruz cruzaron caminos por primera vez en la universidad, en 1996. Cruz era ‘prepa’ y conoció al hermano de Lima Lugo, quien tambien se estrenaba como estudiante universitario. ‘Casualmente, estábamos Andrei y yo en el pasillo sentados, y vinieron unos ‘seniors’ a iniciar a los ‘prepas’, y había otro ‘senior’ bien poderoso en el ambiente universitario que era Esteban, pero como ellos eran hermanos, pasó de darnos una pela a convertirnos en los asociados de los jefes’, recordó.

Y ya la amistad comenzó a dar raíces. Le siguieron años de mucha hermandad y se terminó de dar forma a una ‘red de gente que, por diferentes razones, y vinculados de diferentes formas, tuvo un epicentro que conectaba y nos hacía funcionar, que era Esteban’.

Fue a el a quien adjudicó que la película ‘Under my Nails’, ganadora de múltiples premios, y quien afianzó aún más la relación de Lima Lugo y Cruz.

‘El día que decimos hacerla, estábamos en la cocina de casa, en Nueva York, y decíamos, cómo vamos a hacer esta película. Y Andrei dijo, vamos a llamar a mi hermano. Esteban hacía rato había estado tentando con la idea de que quería dejar de hacer luces y quería hacer cine con nosotros. Pero para ese tiempo nosotros estábamos soñando con el cine, pero no estábamos haciendolo formalmente… Y el dijo, vamos a hacerlo. Esteban dijo, yo pongo los chavos y financió el rodaje junto a Marquitos Rodríguez y Tania Silva, que tambien fue financiera de la película…’, recordó.

En adelante, se formalizó la relación entre ambos y Lima Lugo abrió su compañía ‘De Luz’. Hoy Ari Maniel continúa atendiendo proyectos en los que Esteban debía estar presente y siente su ausencia cada segundo. ‘Nosotros cambiamos nuestro cine, cambiamos nuestra vida, y siento que el amor que he sentido en los últimos años viajando el mundo con Esteban, en reuniones, los cientos de momentos que pase con el, eso no le pasa a todo el mundo. Hicimos cosas grandes, y ese es su legado’, concluyó.

Por su parte, Israel Lugo publicó un extenso mensaje de dolor por la partida terrenal de su amigo:

‘Cuando Esteban Lima me cuenta por primera vez sobre la depresión que estaba enfrentando, me pidió mucha discreción. Yo la tuve por respeto a el y su familia, pero sobretodo porque confie en que sería algo pasajero. Estaba convencido que el era capaz de superar cualquier problema o situación, como siempre lo hacía en las producciones y en su vida personal. Sin embargo su dolor era tan enorme que le quitó toda esperanza, llevándolo a tomar una decisión desafortunada. Ahora me pregunto si realmente pude haber hecho para ayudarlo. La contestación es si. Primero debí educarme mejor sobre el tema para entender el grado de sufrimiento, desamparo y perdida de sentido en que se encontraba sumido. No darle recomendaciones, ni decirle que levante el ánimo o que se deje de changuerías y que ponga de su parte, cuando realmente eso no depende de su voluntad. Me aseguraría de que sepa que estoy a su lado y que a pesar de las dificultades, el significa muchísimo para todos. Quizá hubiese podido hacerle entender que la muerte no es la única salida al sufrimiento terrible que produce la depresión y que la familia y los amigos somos un instrumento valioso para su recuperación. Ya Esteban no está con nosotros, pero se que aún quedan amigos cercanos con síntomas de depresión, que seguramente guardan discreción al igual que hizo el. Sepan que no están solos, que no son una carga para los demás y que la depresión es una enfermedad que se puede tratar con una red de apoyo que les ayude mantener el temple, además de la ayuda profesional. Esteban estaba rodeado de un montón de gente que lo amaba y que hubiera podido ayudarlo a mantenerse a flote, quizá hasta pudo haber logrado salir de la enfermedad para siempre. Aunque hace falta voluntad para abordar cualquier enfermedad, el curso de un trastorno depresivo en ningún caso es atribuible a una presunta debilidad o falta de coraje de la persona. La depresión puede desarrollarse por eventos externos, pero tambien por desequilibrios neuroquímicos a nivel cerebral. Busquen ayuda, no sean discretos y activen al corillo más brutal, amoroso y cariñoso que lejos de juzgarle lo que quiere es tenerlo cerca y rodearle de amor’.