Esclerosis Múltiple en números
En Puerto Rico existen alrededor de 4,500 a 5,000 pacientes diagnosticados con esclerosis múltiples. Estos números son actualizados gracias a un registro de pacientes que en la Isla está apoyado por la Ley 85, firmada en el 2016.
El neurólogo Ángel Chinea, quien además funge como director medico de la Fundación, dijo a NotiCel que considera que en Puerto Rico estamos a la vanguardia porque el registro ayuda a que los números de pacientes diagnosticados esten actualizados.
La esclerosis múltiple es una enfermedad neurodegenerativa y crónica del sistema nervioso central (cerebro y cordón espinal), que puede a veces incapacitar a la persona. Hasta el momento no existe cura y las causas de su origen son desconocidas. Se cree que en su origen ocurre una alteración en los mecanismos autoinmunes del cuerpo, según se describe en la página digital de la Fundación, www.fempr.org.
Se conocen cuatro formas de esclerosis múltiple: con recaída-remisión (Esclerosis Múltiple RR), la progresiva secundaria (Esclerosis Múltiple PS), la progresiva primaria (Esclerosis Múltiple PP) y la benigna. No se conoce cura para la esclerosis múltiple, pero existen tratamientos que pueden retardar el progreso de la enfermedad o aliviar y controlar síntomas específicos que ayudan a mantener una calidad de vida normal.
Los síntomas pueden ser leves, como un adormecimiento en las extremidades, o forma progresiva que puede incapacitar a la persona.
Algunos datos relacionados a la enfermedad:
De 4,500 a 5,000 personas están registradas con un diagnóstico de esclerosis múltiple en Puerto Rico.
En los últimos cuatro años, se registran más de 140 casos nuevos por año, lo que se traduce a dos a tres casos nuevos por semana.
La mayoría de los casos se diagnostican entre las edades de 20 y 50 años.
El diagnóstico es más frecuentes en mujeres (3:1)
Cada día se diagnostican más casos entre jóvenes y jóvenes adultos, entre las edades de 18 a 25 años.
Entre los síntomas más comunes se encuentran:
Trastornos visuales: visión borrosa o doble, molestia en los ojos, distorsión de los colores rojo y verde, destellos de luz en el campo de visión, movimientos oculares rápidos e incontrolables y perdida de visión (usualmente afecta un ojo a la vez).
Problemas musculares: debilidad muscular, perdida de equilibrio y coordinación, espasmos de la rigidez y del músculo, temblores, torpeza de alguna extremidad, dolor agudo o crónico, rigidez en articulaciones y movimientos involuntarios.
Entumecimiento, hormigueo o dolor: dolor facial, espasmos musculares dolorosos, sensación de picazón, hormigueo o ardor en brazos y piernas.
Problemas mentales: falta de concentración, disminución del período de atención y de la capacidad de discernir, perdida de memoria, depresión o sentimientos de tristeza y mareos o perdida del equilibrio, entre otros.
Problemas sexuales: problemas de erección, problemas con la lubricación vaginal, perdida de sensación, perdida de líbido.
Problemas del habla y deglución.
Problemas intestinales y de vejiga.