Es muy probable que hayas escuchado hablar sobre este popular ‘superalimento’. Y es que cada vez son más los que han decidido incluir estas pequeñas y nutritivas semillas a su dieta. La chía es una semilla comestible de la planta Salvia hispánica de la familia de la menta que crece en abundancia en el sur de Mejico.

El consumo de estas minúsculas semillas negras y blancas no es nuevo. De hecho, fueron alimento principal de los aztecas y mayas en la época precolombina y fueron la ración básica de supervivencia de los guerreros aztecas. Su nombre significa ‘fuerza’ y están repletas de vitaminas, minerales y nutrientes que aportan a tu salud y bienestar.

Por su gran cantidad de propiedades y beneficios medicinales, la chía era utilizada por los aztecas para estimular el flujo de saliva, aliviar el dolor en las articulaciones y calmar la piel irritada

Imagina! En 100 gramos de estas semillas hay 20.7 g de proteínas; 32.8 g de aceite de los cuales el 64% son ácidos grasos omega ; 41.2g de fibra; 714mg de calcio; 16.4mg de hierro; 613mg de niacina (B3), 0.18mg de tiamina (B1) y 0.04mg de riboflavina (B2).

El consumo de semillas de chía proporciona energía y aumenta la fuerza y resistencia. La chía es una de las más altas fuentes de proteína completa de origen vegetal. Además, regula los niveles de azúcar en la sangre, retardando el proceso por el cual las enzimas digestivas descomponen los hidratos de carbono y las convierten en azúcar; reduciendo el riesgo de diabetes tipo 2.

Ayuda en la pérdida de peso ya que mantienen la sensación de saciedad durante horas. Consumir la chía favorece la regularidad intestinal debido a que contienen una gran cantidad de fibra soluble que disuelve y elimina la basura acumulada en los intestinos.

Las semillas de chía por sus aceites Omega 3, magnesio y calcio, son de buena ayuda en cualquier tratamiento anti inflamatorio y su proteína no contiene gluten. Las semillas de chía ayudan:

• Pérdida de peso

• Problemas de tiroides

• Hipoglucemia

• Diabetes

• Intolerancia al gluten

• Reflujo y/o problemas gástricos

• Control del colesterol

Puedes incorporar las semillas de Chía en cualquier comida. Añádelas a las sopas, en las ensaladas, en los yogures y hasta en los cereales. Incluso puedes hacer tus propias recetas incluyéndolas en bizcochos, galletas, postres o batidas para realzar su sabor.