Tras dejar ir a queridos compañeros de equipo como Kendrick Perkins, Nate Robinson y Marquis Daniels, los Celtics de Boston le dieron la bienvenida al boricua Carlos Arroyo, el último de los jugadores adquiridos en esta segunda mitad de temporada. (Ver vídeo)

Ya está bueno de llorar y lamentarse. Como dice el refrán: ‘Los que se fueron no hacen falta, hacen falta los que están’.

Esa parece ser la filosofía de los jugadores de Boston esta semana tras asimilar magdalenas la semana pasada, cuando las salidas de Perkins, Robinson y Daniels convirtieron en albercas los ojos de Kevin Garnett y en salmos penitenciales las palabras de Paul Pierce ante la prensa estadounidense, lamentándose donde quiera que hubiese una cámara prendida.

Para Boston, la semana empezó regia, miel sobre hojuelas, demasiado de ‘chilling’, como dice la juventud. El domingo pasado, un día después de que anunciarán al fajardeño Arroyo como el más reciente miembro de su escuadra, los Celtics tomaron la cancha ante los Bucks de Milwaukee, quizás no el mejor equipo de la NBA, pero sí un contendor de respeto, en plena lucha por alcanzar un puesto para la postemporada.

Sí, sus cuatro caballos -Kevin Garnett, Ray Allen, Rajon Rondo y Paul Pierce- tomaron controlcomo si no hubiese pasado nada, pero lo hicieron haciendo sentir cómodos a sus nuevos colegas. El centro Nenad Kristic, ex pívot de Oklahoma City, que empezó ante las indisposiciones de los dos O’Neal, Jermaine y Shaq, marcó 17 puntos. El delantero Jeff Green, quien entra del banco a suplirle merecidos minutos de descanso a Garnett y a Pierce, coló 11 tantos. El ala pívot Troy Murphy, firmado como agente libre, anotó apenas dos puntos en tiradas libres, pero recuperó cuatro rebotes.Y los Celtics le ganaron a los Bucks, 89-83.

Mañana, miércoles, entra a la rotación Arroyo, cuando los Celtics reciban la visita de los Clippers de Los Angeles, un equipo inferior, pero aguerrido, dónde el ya reconocido astro del donqueo, Blake Griffin, lidera a una guerrilla de atléticos jóvenes listos para aguarle la fiesta a cualquier quinteto establecido en la liga.

Boston, que cuenta con una buena comunidad de boricuas, ya le dio la bienvenida al armador de la selección nacional puertorriqueña, y, según un vídeo aficionado de la práctica de hoy de los Celtics, Arroyo parece ajustarse bien a las instrucciones del asistente Lawrence Frank.

Así que si usted puede encontrar la transmisión de este partido en Cable TV o en su computador, no vacile, porque todo apunta a que Arroyo, aquel cotizado veterano internacional que orquestró la paliza que Puerto Rico le diera a Estados Unidos en Atenas ’04, podría estar de vuelta. En Boston, mientras tanto, ya las aguas parecen haber llegado a su nivel, la histeria acabó y todos andan listos para abrazar el cambio.

‘Hay que aceptar el cambio cuando sucede’, dijo Pierce a www.nba.com. ‘Hay que integrarlo. Tratamos de mantener una atmósfera de familia aquí. Así que cuando nuevos miembros de la familia entran, los recibimos con los brazos abiertos y ellos hacen sus ajustes para hacer las cosas como se hacen en nuestra casa, en nuestro hogar’.

Buen consejo para todos los recién llegados, especialmente para Arroyo. La bola, literalmente, está en su cancha

http://www.youtube.com/watch?v=Z9S-Fvqs49I