Zurra Roja
La selección española goleó 4-0 al equipo de Estados Unidos en el Gillette Stadium de Foxborough, el estadio levantado sobre las ruinas del viejo estadio de Massachusetts donde España perdió los cuartos de final del Mundial de 1994 contra Italia.
Según la reseña de El País, salió España como un tiro, armada en un clásico 4-2-3-1 con Reina de portero, y al cuarto de hora ya había rematado cuatro veces a la portería de Howard, incluido un gol anulado a Silva por juega de fuera de Villa. Tan rápido se pasaban el balón que a ratos parecía que jugaba el Barça vestido de blanco. Por dentro y por fuera, en corto o en largo, la selección de Del Bosque jugó una primera parte espectacular. En especial Silva, que jugó por detrás de Negredo y encontró espacios con una espectacular intuición. Lo del canario no fue simplemente un buen partido, fue un festival de pases y regates. A su talento se enganchó la selección, que no jugaba mejores minutos desde que hace un año, en Sudáfrica, ganó el Mundial.
Condicionado por el inicio de la Copa de Oro que comienza el próximo martes, Bob Bradley, el seleccionador de los yanquis, se guardó a su hijo Michael y a Dempsey en el banco y entre otros retoques, cambió a los laterales de banda. Decisiones determinantes, que condicionaron mucho el rendimiento del combinado de Estados Unidos. 'Manejar el plantel en estas condiciones es como jugar al sudoku' avisó el entrenador norteamericano: no le cuadró la suma ni por casualidad.
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