Los abuelos 'criollos' de Barea abren el álbum (galería)
Al hablarse de las hazañas de José Juan Barea, usualmente se mira al oeste de la Isla, pero cuando el estelar armador boricua regrese triunfante la semana que viene, tiene una parada obligada en el 'Nuevo País', donde lo esperan sus abuelos cagüeños Salvador Barea y Cesita Fernández.
Es una familia muy unida y funcional, en la que prevalece el amor entre hijos, hermanos, primos, padres y abuelos. José Guillermo, el tío, es hoy asesor legal de José Juan, el sorprendente atleta, quien se gana el corazón de todo el que lo conoce por su humildad y sensibilidad hacia el prójimo.
Desde niño estaba seguro de que quería dedicarse al deporte y entre todas las disciplinas que practicó, el baloncesto siempre fue su preferida. 'A mí me gustaba más el tenis', enfatiza su abuelo Salvador. Pero el niño se decidió por el baloncesto, por lo que en casa de los abuelos había canastos por todos lados.
Cuando se quedaba en la casa de los abuelos, contó doña Cesita al Nuevo Periódico, ella le instalaba un canasto cerca de la bañera y él se pasaba horas allí tirando la pelota al canasto. Cuando ella lo llamaba, él respondía 'espera un poco abuela en lo que acabo este juego'.
Los abuelos tienen 35 álbumes de fotografías y recortes de periódicos que recogen las hazañas de José Juan desde bebé hasta la NBA. Don Salvador recuerda que antes de un juego, cuando José Juan jugaba para el equipo de Torrimar, le ofreció $5 por cada punto que anotara, pensando que serían 7 u 8 puntos.
El niño anotó 40 puntos en el juego, y el abuelo tuvo que hacerle un cheque ya que no tenía tanto en efectivo. José Juan era tan bueno que en Torrimar no le cobraban matrícula para tenerlo allí.
Las raíces cagüeñas de José Juan ascienden hasta don Salvador y doña Cesita. Los papás de Salvador eran de San Germán; los de Cesita el papá era español (llegó a Puerto Rico de 8 años) y la mamá era del sector La Macanea en Caguas. Ambos nacieron en la Ciudad Criolla, al igual que Jaime Eduardo, el papá de José Juan.