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Entre panas el Michael Jordan de la segunda base

Con los que empezó seguían ahí. Los mejores, los que nos dieron béisbol durante una generación se reunieron para tratar de agasajar a Roberto Alomar. Lo que pasa es que él solo quería estar con sus panas.

Roberto Alomar se encontraba como en los viejos tiempos. Sus amigos lo rodeaban, parecía como si fuera la selección nacional de ensueño.

Entonces lo dijo.

'Quierio darle un saludito a Iván (Rodríguez). Eres mi héroe. Has hecho mucho por Puerto Rico', dijo.

El mejor segunda base de la historia del mundo daba la cara a favor de quizás quien terminará siendo el mejor receptor de la historia.

Era una fiesta de los mejores beisbolistas de los pasados 30 años y, propiamente, se celebró en el Museo del Deporte. Faltó Rodríguez y Juan ‘Igor' González y Rubén Sierra. Pero allí estaba Dicky Thon. Y Carlos Baerga. Y Candido Maldonado. Y así por el estilo. Las loas caían encima de Alomar como la lluvia cayó durante la pasada semana en todos y cada uno de los puertorriqueños.

'Es el mejor jugador que en mi vida he visto', dijo Baerga, quien a pesar de tener contratos con el Gobierno aún sigue pendiente al béisbol. 'Es el Michael Jordan de la posición de segunda base. Se llama Roberto Alomar. Hay jugadores que están un paso ó dos adelante y yo tuve el placer de jugar con ese jugador'.

'Me acuerdo cuando Luis Rosa nos firmó', continuó. 'El dijo: Robert es un dirigente en el terreno. Para mí es el mejor en su posición y punto'.

Y Alomar se quedaba tranquilo, siendo humilde, tal y como su padre, Santos Alomar, le enseñó.

'Para mí el mejor segunda base de la historia no soy yo, es mi papá', dijo.

Alomar recordó además como fue su ingreso a las Mayores. No todo era color de rosa ni cheques millonarios que ahora cobra sin entender.

'Yo llegue al beisbol y a veces no tenía dinero y me ‘bandeaba' con diez pesos, y me cuadraba un canto de pan, un buche de agua. Tengo suerte de que ahora estoy con Dickie Thon, con Carlos Baerga, con Cándido Maldonado, para contarlo', apostilló.

Acto seguido al homenaje, pusieron un vídeo de Alomar cuando fue exaltado al Salón de la Fama, un emotivo audiopietaje narrado por el actor Ving Rhames, en el que se exaltaban todas las cualidades peloteriles del inmortal salinense.

Al fin y al cabo fue lo que debió ser: la llegada de una gloria a casa, el sabor de saber que uno de los mejores de la historia es nuestro.

El Museo del Deporte se convirtió en la Tierra Prometida de los fanáticos de la pelota con la unión de leyendas hoy en homenaje a Roberto Alomar.
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