Log In


Reset Password
SAN JUAN WEATHER
Deportes

Guadalajara '11: Olímpico recibimiento a las ‘12 Magníficas'

Un estruendo se apoderó de la Casa Olímpica en el Viejo San Juan cuando en horas de la tarde del jueves hizo su entrada, medalla al cuello, el equipo nacional femenino de baloncesto que obtuvo la presea de oro en los Juegos Panamericanos de Guadalajara, México.

Las jugadoras y el cuerpo técnico del equipo fueron retenidos en el vestíbulo de la sede del Comité Olímpico por una masa, en su mayoría jóvenes, que aplaudían, gritaban, mostraban pancartas y pedían retratarse con las campeonas de América.

Nos hemos sacrificado cuatro meses para darle un momentito bueno a Puerto Rico, un momentito de felicidad, dijo el dirigente del quinteto Omar González, luego de un acto protocolar en el que fueron presentadas una a una las jugadoras.

González tuvo palabras de agradecimiento para los líderes federativos y para la plana mayor del Comité Olímpico, por el respaldo recibido durante los meses previos a la competencia panamericana.

En términos similares se expresó la jugadora Carla Cortijo, quien fue una de las bujías del elenco boricua en el certamen, especialmente en el desafío final contra México, instancia en la que aportó 29 puntos.

Yo solamente quiero decirles gracias. Sinceramente, sin el apoyo de ustedes no hubiéramos logrado esto. Con el apoyo de ustedes nosotras lo pudimos hacer, sostuvo Cortijo sin borrar la enorme sonrisa de su rostro.

La fogosa armadora fue interrumpida por los presentes que corearon MVP, MVP, MVP, reconociéndola como la jugadora más valiosa del evento.

Como dato curioso, uno de los periodistas que asistió al recibimiento la increpó para preguntarle si era cierto que se había integrado a las prácticas de la selección, incluso a pesar de no haber sido invitada, a lo que ella contestó afirmativamente.

Cortijo relató que tras una ausencia de dos años de los tabloncillos y a insistencia de uno de sus entrenadores acudió a una práctica, se motivó e hizo el equipo.

Es una sensación única, atinó a decir por su parte Pamela Rosado, la única de las chicas además de Cortijo que se atrevió a hablar en público.

Por otra parte, el director técnico rememoró los episodios que junto a sus jugadoras tuvo que enfrentar para alcanzar un logro único en la historia del baloncesto femenino nacional.

Cuando nos dimos a la tarea de mejorar el baloncesto femenino en Puerto Rico, nosotros entendíamos que teníamos que hacer algo radical y era con el entrenamiento, contó González.

Teníamos que reclutar jugadoras que tuvieran el talento para estar en la selección y luego teníamos que entrenar al nivel que teníamos que entrenar para pertenecer al nivel en el que íbamos a competir, agregó.

Explicó que se dio a la tarea de hablar con las jugadoras para ver su disponibilidad. Al principio admitió que comenzó a practicar con dos o tres jugadoras de las que hoy están en el equipo, junto con las juveniles que estaban participando en ese momento.

Poco a poco fuimos integrando y ya para junio teníamos alrededor de ocho a nueve jugadoras. Practicábamos día a día, a veces dos veces al día. Ya para julio estaba todo el equipo, dijo.

Luego llegaría la hora de los fogueos para ver dónde estábamos. En el itinerario se incluyeron tres juegos en Cuba, cuatro o cinco juegos en Estados Unidos con equipos semiprofesionales, dos juegos con Canadá, así como la participación en el preolímpico y los choques de preparación con equipos masculinos en Puerto Rico.

El equipo viajó a tierras aztecas bien preparado en todos los aspectos y, según González, lo más relevante fue que hubo capacidad para trabajar con el factor mental que supuso perder el juego inaugural contra las dueñas de casa.

Una de las claves en este torneo en México fue la parte psicológica, porque nosotros teníamos cubierta la parte física y la parte táctico-técnica, aseveró.

Si yo podía arreglar la parte psicológica después del juego que perdimos, que ellas se olvidaran de ese juego en menos de 24 horas, teníamos oportunidades en el torneo y eso fue lo que hicimos la mañana siguiente. Empezamos a hablar con ellas, inclusive tuvimos charlas con psicólogos deportivos del Comité Olímpico que nos ayudaron mucho, hicimos nuestras propias reuniones y ellas salieron al juego contra Estados Unidos como si nada hubiese pasado el día anterior, relató.

Puerto Rico se impuso de forma corrida a Estados Unidos, a Argentina y a Brasil, antes de verse nuevamente las caras contra las mexicanas para definir el oro panamericano.

Desde entonces yo dije: ellas están preparadas. Después del juego contra Estados Unidos yo pensé que podíamos sacar este torneo. Ellas empezaron a creérselo, se crecieron y ustedes ya vieron la demostración, concluyó.

Mari Plácido celebra durante los Panamericanos. (COPUR)
Foto: