Cinco años después de albergar los Juegos Olímpicos en 2012, Londres organizará en 2017 los campeonatos del mundo de atletismo al imponerse por 16 votos contra 10 al proyecto de Doha.

El Consejo Directivo de la IAAF hizo oídos sordos a la suculenta oferta de 236 millones de dólares puesta sobre la mesa por los responsables del proyecto de Doha y se inclinó por Londres, que consigue, al tercer intento, hacerse con los campeonatos.

La capital británica, cuya candidatura fue presentada hoy por Sebastian Coe, presidente del Comité Organizador de los Juegos Olímpicos del 2012 y vicepresidente de la IAAF, había fracasado en 2005, cuando hubo de renunciar al torneo, que ya tenía adjudicado, por problemas financieros, y en 2015, cuando retiró su proyecto por no tener segura la continuidad del estadio.

Doha, que compareció en primer lugar ante el Consejo, utilizó la baza de la contundencia económica. No sólo se hacía cargo de los premios en metálico (siete millones de dólares), oferta que Londres se vio obligada a igualar, sino que ofrecía 120 millones más para edificar un estadio futurista con aire acondicionado, y otros 29 millones en concepto de patrocinio para competiciones de la IAAF.

Consciente de que tenían perdida la batalla económica, Londres esgrimió, frente a los millones, argumentos más abstractos como la tradición, la pasión atlética de todo el país, su experiencia, el apoyo masivo de los atletas, la promoción del deporte entre los niños y en el legado permanente.

'El atletismo es algo muy simple y natural en Gran Bretaña. Somos apasionados del atletismo y entendidos, y tenemos el idioma más universal', explicó Sebastian Coe, que compareció escoltado por la atleta veterana Denise Lewis y la joven Jodie Williams.

Londres garantiza gradas repletas en cada una de las sesiones del campeonato y un proyecto que 'deleitará a los atletas y a los aficionados' gracias a su experiencia tanto en la organización del atletismo, el segundo deporte del país después del fútbol, como en su comercialización.

El ministro británico de Deportes, Hugh Robertson, aseguró la permanencia 'sin ninguna duda' de la pista de atletismo en el estadio Olímpico, en respuesta a las preocupaciones de la IAAF, y el primer ministro David Cameron prometió, mediante un vídeo, el apoyo total del Gobierno británico a los Mundiales.

Con anterioridad, Doha había sorprendido, no solo por su oferta económica, sino por el proyecto de estadio con aire acondicionado, tanto en la pista como en las gradas.

La griega Aphrodite Moschoudi, directora de estrategia de la candidatura de Doha, explicó que el control de la temperatura en el estadio, por medio de energía solar, permitiría, incluso, regular los grados para cada especialidad, ya fuera velocidad, fondo, lanzamientos o saltos.

Doha pretendía retrasar los campeonatos a septiembre, para huir de los 40 grados de temperatura habituales en agosto, y recuperar la tradición perdida del maratón nocturno que se vivió en los Juegos Olímpicos de Roma'60.

El triunfo de Londres constituye también una victoria personal de Sebastian Coe, que aspira a suceder a Lamine Diack como presidente de la IAAF, dado que el senegalés ha anunciado ya su intención de retirarse cuando concluya el mandato para el que ha sido recientemente reelegido.