Muchos calendarios atrás, precisamente para esta epoca invernal, hacía mis primeros pininos en la crónica beisbolera. Dejaba atrás esas añoranzas de fan de los equipos de San Juan y Santurce y de tantas grandes figuras que habían pasado por los diamantes del beisbol borincano.

Para mi tiempo comenzaban a nacer figuras importantes, entre otros, Roberto y Santitos Alomar, Carlos Delgado, Javy López, Orlando Merced, Rubén Sierra, Bernie Williams y muchos más. Pero el deber cambiaba mi percepción… me tocaba hacer el trabajo de, como dicen los mismos peloteros, ‘esos periodistas’.

De arrancada, siempre la intención de mi pluma y mi voz en los medios de comunicación ha sido la de fomentar el deporte, sobre todo el del guante y el bate. En Puerto Rico, vi el comenzar de muchos que son hoy parte de lo que fue una era de oro, pero por otro lado observaba como la identidad del béisbol profesional como ente iba en desliz: La desaparición de los Vaqueros de Bayamón, múltiples esfuerzos en San Juan que terminaron como los Gigantes de Carolina e innumerables inventos de resurgimiento de franquicias para que hubiesen seis en competencia en el itinerario de la liga.

Esta temporada están en competencia por primera vez en años seis conjuntos en una liga con un nuevo nombre, Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente. Pero en general, la gente ni fú, ni fá. Desde el arranque de la campaña actual más noticia ha hecho el supuesto retorno de la franquicia de los Cangrejeros de Santurce que juegan en el este de la Isla que noticias de los resultados, rosters y notas de interés de todos los demás equipos.

Las asistencias no llega a mil personas por partido, los periódicos le dan una pagina a los resultados de los tres partidos diarios y a saber en ocasiones cuál es el partido correcto del día por las variaciones que hacen en el calendario de juego.

Los rosters de los seis equipos en papel están parejos pero nada de nada de lo que fue en la historia de esta liga, que si no contamos los cambios de nombres, es la más antigua del Caribe. Para colmo, en muchos estadios ni la propia fanaticada conoce a sus peloteros y menos a sus llamados importados.

Por más de una veintena de años he reconocido que se juega con el material que hay disponible porque esa es la realidad, pero por otro lado es responsabilidad de los equipos darle a los suyos todo aquello que se llama mercadeo, publicidad y relaciones públicas.

La liga tiene un folclór y por sus uniformes pasaron figuras como Reggie Jackson, Mike Schmidt, Ken Griffey, Cal Ripken, Don Mattingly, Tony Gwynn y muchísimos más, pero no se puede vivir en el pasado. La generación de hoy día casi ni se identifica con los propios suyos del patio de la actualidad, ni siquiera con toda la euforia del Clásico Mundial de Béisbol, porque no jugaron en Puerto Rico.

La liga no puede seguir siendo de lo que fueron, entre otros, los Cangrejeros, Criollos, Indios y Leones.

Si la liga desea sobrevivir necesita comunicación con su fanaticada y dar a conocer sus peloteros, que a la larga son las estrellas del espectáculo. Nadie olvide que al igual que ahora surgen peloteros como Carlos Correa, Chris Colón, Jesmuel Valentín, Javier Báez, George Springer y muchos otros, también nacieron otros como Juan González, Iván Rodríguez y Javier Vázquez, que en aquel entonces también eran unos desconocidos ,pero ‘Juan Fanático’ los conocía porque los equipos los daban a conocer.

Desde que los locales tuvieron la oportunidad por dos campañas de tener en casa a los Expos de Montreal y otros juegos de Grandes Ligas comenzaron las comparaciones, las cuales nunca debieron hacerse porque son tipos de béisbol totalmente diferentes.

Si la liga de Puerto Rico quiere volver a tener grandes éxitos será cuando su mercadeo sea uno de año entero, y se reconozca que es una liga de desarrollo que a su vez es parte de la cultura nacional. Una vez más, hay que vivir en el presente.

Hace falta mucho más para lograr que se llenen los parques en ruta a ver quiénes representarán a Borinquen en la Serie del Caribe. Veremos.