Los Angeles Lakers encajaron la peor derrota de su historia al caer por 48 puntos (94-142) contra sus vecinos, Los Angeles Clippers, que a su vez se apuntaron su victoria más abultada como franquicia en una noche donde llegaron a disfrutar de hasta 51 tantos de ventaja.

Los 142 puntos anotados por los Clippers son la mayor anotación de un equipo esta temporada. Hasta ocho jugadores acabaron con dobles dígitos de anotación con Darren Collison (24 tantos) y Blake Griffin a la cabeza (20 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias). Por los Lakers, el peor equipo del Oeste, destacó Pau Gasol (21 puntos y 7 rebotes).

La peor derrota de los Lakers hasta hoy había llegado en Portland en 1995, cuando perdieron de 46 puntos (129-83).

Nada hacía presagiar un desastre de tal calibre, especialmente tras un inicio en el que los Lakers salieron irreconocibles, jugando al frenético ritmo que le gusta a Mike D’Antoni pero también agresivos en defensa y lanzando el contraataque de forma brillante aprovechando las seis pérdidas de balón de su rival en los primeros seis minutos -10 al final del primer cuarto-.

Uno de esos contraataques vio un costa a costa de Gasol que acabó en bandeja tras una finta que quebró a Chris Paul y provocó que el jugador fuera aclamado por el público del Staples Center. Los de púrpura y oro confirmaban su buen arranque (20-13), pero esos magnéticos minutos resultaron ser un espejismo.

Eso o que se quedaron sin energías antes de la cuenta. Un parcial de 0-14 liderado por Matt Barnes y Griffin dio la vuelta a una situación que iba a empeorar a velocidad de crucero para los Lakers frente a un rival que comenzó a aplicar sus mismas armas sin piedad.

Los locales habían perdido el control de la situación tomando penosas decisiones en ataque y dejando la responsabilidad en hombres como Ryan Kelly o Robert Sacre.

D’Antoni, que había colocado a Wesley Johnson sobre Griffin y otorgado demasiado descanso a sus titulares, pagó por ambas decisiones provocando un desajuste importante en materia de rebotes (13-28 al descanso, 33-64 al final), la razón principal por la que el equipo de Doc Rivers pudo apretar el acelerador sin miedo a mirar atrás.

Tanto fue así que los visitantes se fueron a los vestuarios con una brutal ventaja de 33 puntos (40-73) tras un segundo cuarto en el que los Lakers registraron un 5/20 en tiros de campo. Lo vivido en el pabellón dejaba poco espacio para la duda y algunos espectadores no dudaron en abandonar el Staples Center definitivamente.

Lógico tras comprobar cómo los Clippers anotaron 26 puntos al contraataque en 24 minutos.

La penosa actitud de los locales fue a peor en la segunda mitad, que se abrió con una pérdida de balón en un saque de fondo. La brecha siguió en aumento. Primero cayeron los 40 puntos (43-83, m.27), después los 48 tras un alley-oop eléctrico firmado por Griffin a pase de Paul y se alcanzaron los 49 al término del tercer cuarto (60-109).

Las estrellas de uno y otro bando pasaron el resto del partido con hielo en las rodillas, asistiendo a un espectáculo infame para los Lakers y delicioso para su contrincante, especialmente al superar la barrera de los 50 puntos (91-142) pocos segundos antes del final.