Desde Cayey hasta el fin del mundo: una historia de apoyo incondicional
Santo Domingo - El apoyo incondicional de la familia es fundamental para el desarrollo de todo atleta. Sentir que los tuyos te sostendrán tanto en los triunfos como en las derrotas es un factor importante a la hora de progresar. Cada una particular, vidas como la de Carlos Correa, Felix 'Tito' Trinidad y Jose Juan Barea, por decir pocos, son evidencia.
En esta ocasión y en medio de la celebración de la Serie del Caribe 2016 en República Dominicana, la historia se repite con el lanzador derecho, Hiram Burgos Irizarry, quien al subir al montículo de cualquier estadio para lanzar su 'gargantuda' (curva), siempre dicen presente dos fanáticos muy especiales para su vida y carrera.
Se trata de nada más y nada menos que sus padres, Hiram Burgos Delgado e Ivette Irizarry Arce, quienes siempre sentados cerca del 'dogout' en el que se encuentre su hijo, ambos lucen los colores boricuas que, igual que su retoño de 28 años de edad, portan una camisa del equipo de Puerto Rico con el número 54.
Burgos Delgado e Irizarry Arce han visto desde la tribuna las diferentes etapas por las que ha pasado el joven pelotero, natural de Cayey. Desde sus inicios cuando comenzaron a llevarlo al parque a los tres años de edad, su desarrollo deportivo ha sido exponencial.
Aún recuerdan con beneplácito el momento que el lanzador derecho debutó en las Ligas Menores bajo la franquicia de los Cerveceros de Milwaukee, en la que consiguió la primera victoria profesional de su carrera para el año 2009. Ambos guardan todavía en su casa la bola de la victoria.
Foto: Hiram Burgos Irizarry a su llegada a Santo Domingo para participar en la Serie del Caribe 2016. (Juan R. Costa / Enviado Especial / NotiCel)'Nosotros como padres somos el fan número uno de él. Él lo sabe. Sabe que estamos ahí apoyándolo, está a gusto, se siente bien y nosotros también', indicó la mamá de Burgos Irizarry mientras el equipo de los Cangrejeros de Santurce, Puerto Rico, apabullaba a Ciego de Ávila, Cuba, el pasado miércoles en el estadio Quisqueya Juan Marichal.'Para ellos (Burgos Irizarry y el equipo de Puerto Rico) es bien importante tener ese soporte. Saber que sus padres están ahí apoyándolos yo sé que es bien importante para ellos', abundó el padre, por su parte.Para el derecho, egresado de la Puerto Rico Baseball Academy and High School (PRBAHS) en Gurabo, 'cada una de las experiencias tienen un sentimiento especial', mencionó Burgos Delgado, recordando la primera victoria de su hijo.Burgos Irizarry fue llamado para unirse al equipo grande en el 2013, también con los Cerveceros de Milwaukee, organización que los seleccionó en el sorteo de novatos en el 2009. En ese año, acumuló una foja de 1-2, con 6.64 de efectividad en seis juegos lanzados. En el 2014, regresó a las Ligas Menores.'Ese es el sueño de cada niño desde que tiene un guante y una bola en sus manos. Haberlo logrado, jugar Grandes Ligas, ver toda esa emoción es algo inolvidable', agregó el padre no sin antes recalcar el arduo trabajo que realiza a diario su hijo para regresar a la loma de los suspiros en las Grandes Ligas.Para ese mismo año 2014, el derecho, que igualmente pertenece a los Indios de Mayagüez en la Liga de Béisbol Profesional Roberto Clemente (LBPRC) y al momento sirve de refuerzo de los Cangrejeros, fue sometido a una operación en su hombro derecho para reparar tejidos.Y en ese momento, al igual que en todos los partidos, sus padres ahí estuvieron. Ambos recuerdan como si fuese ayer ese sustito el cual presenciaron de primera mano dentro de la sala de operaciones. Otra anécdota que contaron a NotiCel fue cuando dieron apoyo 'psicológico' al pelotero en su mejor año (2008) en la universidad de Bethune-Cookman en Florida, ya que no resultó 'drafteado'.'Su tercer año de universidad fue su mejor año. Todo el mundo decía que se iba a ir en las primeras cinco rondas del draft (sorteo) y no lo llamaron en las 50. Para él fue bien frustrante y para nosotros también porque verdadera ese fue su mejor año. Tuvimos que bregar. Yo se que a él le dolió mucho', contó el papá al mismo tiempo que añadió la cifra específica de victorias y derrotar en ese año (9-1).Ese apoyo incondicional de la familia no solo lo ha motivado para que continué hacía adelante dentro del terreno sino que Irizarry Arce también lo empujó para que completara su grado académico. 'El deporte es una profesión. Si las cosas no le van bien tiene los estudios que nadie los quita', subrayó su madre, quien aún recuerda a la perfección el momento en que su hijo la llamó para indicarle que había completado su bachillerato.'Ahora puedo morir tranquila', recordó entre risas.El cayeyano está asignado para lanzarle hoy, viernes, a los Venados de Mazatlán, México, en busca de tumbarle el invicto en la Serie del Caribe.Y ahí, sus padres estarán luciendo la misma camisa y el mismo número 54, señal de apoyo incondicional para aquel hijo de Grandes Ligas.