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Cruz, rival de la boricua Serrano, admite que la admira pero asegura que "no me achico"

La mexicana Erika Cruz, campeona mundial de peso pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB) y que combatirá ante la boricua el próximo sábado, aseguró que la puertorriqueña "no es invencible".

Erika Cruz.
Foto: EFE

CIUDAD DE MÉXICO - La mexicana Erika Cruz, campeona mundial de peso pluma de la Asociación Mundial de Boxeo, reconoció este domingo que la puertorriqueña Amanda Serrano, su rival del próximo sábado, es una gran peleadora, aunque no invencible.

"Admiro a Amanda Serrano, pero no me achico. En mi mente y en mi corazón sé que me entrené para vencerla y no voy a dejar dudas", aseguró en entrevista a Efe la peleadora de 32 años, quien partió esta mañana a Nueva York para el combate más importante de su vida.

Cruz, con 15 victorias, tres por nocáut, y una derrota, expondrá su faja de monarca de las 126 libras de la Asociación Mundial de Boxeo, ante Serrano, quien posee los demás cinturones de la división, en uno de los pleitos más esperados de inicio de año en el pugilismo de mujeres.

"Estoy en mi mejor momento como profesional y daré todo en una pelea que debe ser intensa; casi puedo asegurar que se irá a 10 round y se decidirá por decisión, ojalá a favor de nosotros. Me preparé para 10 asaltos intensos", señaló.

Cruz es un producto del boxeo de feria, en el que antes de los 20 años conoció el salvajismo. Peleaba en combates sin reglas, en los que el árbitro era elegido entre alguien que pasaba por la calle, lo cual le dejó la costumbre de ir para adelante, con la cual se ha hecho de un lugar en el pugilismo.

"Todo empezó en las ferias para honrar a vírgenes. Eran peleas salvajes, emocionantes; luego me llamaron a la selección nacional, gané plata en los Juegos Panamericanos del 2011 y cinco años después me hice profesional", cuenta.

Es una mujer que aprendió a saltar obstáculos desde joven. A los 15 años se convirtió en madre y adquirió conciencia de la importancia del trabajo duro. Hoy es una púgil de buena pegada, defensa segura y velocidad, pero sobre todo con una mentalidad de animal depredador.

"No tengo miedo. Ahora estoy contenta de enfrentar a una gran rival como Serrano. Nunca la he visto, aunque me dicen que es un poquito más alta que yo, lo cual importa poco. Trabajé duro en los últimos meses y confió en ganar", aseveró.

El pleito extenderá la rivalidad entre boxeadores puertorriqueños y mexicanos que desde los años 70 ha contado con duelos considerados de los mejores de su tiempo, como el del caribeño Wilfredo Gómez contra Salvador Sánchez, el del mexicano Julio César Chávez ante Edwin Rosario o el de Miguel Cotto ante Antonio Margarito.

Erika Cruz siente que es un privilegio ser parte de la tradición, más contra Amanda, quien tiene 43 victorias, 30 por nocauts, con dos derrotas y un empate, y aspira a ser la mejor libra por libra.

"Puerto Rico y México son dos grandiosos países. Tenemos una el rivalidad, pero es sólo arriba del ring, donde todos buscamos un sueño. Ahora nos toca a dos mujeres; llego bien preparada y quiero ser la campeona indiscutida", comentó.

Según la mexicana, Serrano sobresale por su capacidad mental, pero en eso están parejas y el pleito, en el Madison Square Garden, será de alto nivel.

"Ella y su equipo buscan disminuir a las rivales sicológicamente. Yo me preparé en todos los ámbitos y no voy a permitir que mi mente me juegue mal", confesó.