ARRA se hizo sal y agua
Algo así como ‘sal y agua' fue lo que se hicieron los $4,300 millones de los fondos de Recuperación y Reinversión Económica, los llamados fondos ARRA (siglas en inglés) que se supone ha recibido el gobierno de Puerto Rico hasta diciembre de 2010.
Aún con el dinero recibido del consabido plan de estímulo económico que aprobó el presidente de Estados Unidos, Barack Obama en el 2009, la economía de Puerto Rico continuó reduciendo su crecimiento a una tasa negativa por lo que es obvio que nunca se logró que esos fondos fueran suficientes para sacar a la Isla de la recesión.
El catedrático de Economía del Recinto de Mayagüez de la Universidad de Puerto Rico (UPR-M), José Alameda, explicó a Claridad que el escaso efecto que han tenido los citados fondos en la economía del país obedece a que sólo el 11% se supone que se destinara a inversión y el resto fue a 'programas sociales que ayudaban pero no ayudaban a sacar a la economía de la recesión porque muchos de ellos se iban para el consumo y como la economía local es abierta no había un aumento significativo en la producción'.
Agregó que había que reconocer que el dinero de los fondos ARRA, aunque no logró producir un crecimiento sí evitó que la recesión que experimenta el país fuese más profunda. 'Por un lado no nos llevaron a un nivel de sacarnos de la recesión, pero evitaron un cantazo mayor. De no haberlos tenido, hubiese sido más profunda la caída de la depresión en la isla, que ya estaba en una depresión o recesión desde el 2006', apuntó.
Por su parte, el director de Política Pública del Centro para la Nueva Economía (CNE), Sergio Marxuach, coincidió en el poco efecto que han tenido los fondos ARRA en la economía. Trajo a la atención que el citado programa de estímulo fue el resultado de una serie de negociaciones políticas entre los Demócratas y los Republicanos por lo que el presidente Obama tuvo que ceder con respecto a varios asuntos con la expectativa de recibir apoyo Republicano para su plan. 'El resultado fue, sin embargo, que el impacto del programa fue diluido y los Republicanos le votaron en contra de todos modos'.
Marxuach expuso que incluso varios economistas en el mismo Estados Unidos, como Paul Krugman y Joseph Stiglitz, entre otros, han dejado claro que el programa de estímulo no se diseñó con el objetivo de maximizar el crecimiento económico a corto plazo. 'El problema principal es que el programa de estímulo contenía demasiados alicientes al consumo y fondos para que los estados sufragaran gastos operacionales y relativamente poco para gasto en infraestructura pública, que es lo que se necesitaba para aumentar el empleo significativamente a corto plazo', explicó.
En el caso de Puerto Rico, los fondos asignados estaban sujetos a los mismos requisitos federales que aplicaban a los estados. Precisó que a la Isla se le asignaron unos $6,800 millones, de los cuales unos $3,300 millones fueron asignados para otorgar alivios a los consumidores y a los contribuyentes y los otros $3,500 millones se asignaron para aumentar los beneficios por desempleo y otros programas de asistencia social y para sufragar gastos de educación pública, salud, e infraestructura, entre otros.
Al 15 de diciembre de 2010, el gobierno de Puerto Rico había 'desembolsado' unos $4,300 millones de dichos fondos, equivalente a 63% del total asignado. 'Como era de esperarse, el impacto en el empleo en Puerto Rico ha sido mínimo ya que más de la mitad de los fondos fueron asignados para otorgar alivios y financiar gastos operacionales del gobierno', señaló Marxuach.
El Director de Política Pública del CNE destacó que además había que señalar que 'a la misma vez que buscaba estimular la economía con el gasto de fondos federales, el gobierno de Luis Fortuño también estaba recortando el gasto gubernamental y aumentando los impuestos para satisfacer las demandas de las compañías clasificadoras del crédito. Esta política fiscal procíclica (prorecesión) tuvo el efecto de neutralizar, por lo menos en parte, el impacto positivo del programa de estimulo federal'.
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