El secretario del Tesoro federal, Jacob Lew, se reunió el viernes con acreedores de la deuda de Puerto Rico para urgirles que se sienten a la mesa a negociar porque, de lo contrario, enfrentarán un proceso de quiebra desordenado, largo e incierto.

Según una declaración oficial, Lew indicó a los bonistas que ‘la crisis en Puerto Rico es severa y se está deteriorando rápidamente’, por lo que es esencial que el Congreso establezca un proceso ordenado de reestructuración.

Sin acción congresional, habrá un impago de la deuda pronto lo cual ‘detonaría litigios largos y costosos, amenazaría la provisión de servicios públicos críticos, (y) dilataría o reduciría lo que podrían cobrar a fin de cuentas los acreedores y bonistas’.

Lew ‘enfatizó que atender la crisis requerirá sacrificio compartido de todas las partes, incluyendo los acreedores, y que sin una reestructuración ordenada, no hay camino para salir de la insolvencia y volver al crecimiento’, por lo que les urgió a sentarse en la mesa de negociación, según la declaración del Tesoro.

El Gobierno de Puerto Rico hizo una oferta de negociación a principios de este mes mediante la cual recortaban $26,500 millones del total de $49,200 millones de deuda mediante el mecanismo de emitir dos nuevas categorías de bonos. También limitaba el pago de intereses.

La crisis de la deuda del Estado Libre Asociado vuelve al Congreso este jueves con dos vistas.